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Sunday, December 25, 2011

La patologia de la libertad

Diciembre 22 del 2011; Acento.com.do

Al conversar con mi querido amigo el Dr. Felo Nazario Lora sobre el asueto navideño, me expresó que tenía el libro que quería que leyese en estos días, que recién había recibido de Madrid, España: El placer de vivir, del filósofo francés contemporáneo André Comte-Sponville, publicado por Paidos, de Espasa Libros, en este 2011. Es la primera edición en español del libro editado en francés en el 2010 con 101 artículos breves presentados por el autor en distintos medios en Francia durante los últimos veinte años.

Y los escritos abarcan desde la vida cotidiana, el amor y sus demonios hasta la vida social y política, todos y cada uno relacionados con ideas filosóficas actuales y clásicas.

Nos habla sobre la libertad. Ser libre es hacer lo que queremos….y hacer para el hombre es actuar, pero es también querer y pensar y de ahí tres libertades distintas. Nos recuerda la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, adoptada por la ONU el 10 de diciembre de 1948, casi por unanimidad: 48 votos a favor, ninguno en contra y 8 abstenciones: la Unión Soviética y su bloque, Africa del Sur y Arabia Saudí.

Y así leemos que “la democracia solo es posible a condición de aceptar sus propias limitaciones…su propia incomplitud, como dirían los lógicos”. “La democracia no es una religión; el pueblo no es un Dios”.

Hablando sobre la “seguridad” señala que es la primera justificación del Estado. Nos recuerda que para Hobbes, el estado natural es una guerra de todos contra todos, dominado por el miedo. “la vida del hombre es entonces solitaria, cuasi animal y breve” le cita y de ahí la necesidad del Estado. Y lo respalda con Spinoza, que veía en la seguridad la función principal “de toda sociedad y de todo Estado”.

Señala Comte-Sponville que el error ha sido confundir el orden de los valores con el de las prioridades. Que la libertad es un valor elevado y la seguridad un estado necesario.

Y tanto los valores como las prioridades se producen en un cierto rango, entre límites. A unos límites podemos llamarles patologías. La patología del orden es el extremo que termina en dictadura, la patología de la libertad es el otro extremo que llega hasta la anarquía.

Y ahora lo asombroso de nuestra política.

Cuando el único candidato opositor con oportunidad de llegar al poder en nuestras venideras elecciones, caracterizado por “pensar rápido”, que según el considerado primer psicólogo hoy del mundo ( y lo dice nada menos que S Pinker de Harvard) Daniel Kahneman, es la forma mas común de los humanos pensar, la que lleva la decisión intuitiva, dice que no cree en la patología de la libertad, que es una patología de la democracia; en vez de ser apoyado por todos por evitar la anarquía y volver al orden ( aunque sea solo por eso que se le apoye), es atacado y denostado como si hubiese dicho que Jesucristo al bajar de la cruz no fue al cielo, sino que se retiró a vivir tranquilamente a una zona de Kashemira frente a un lago cristalino, como dice Salman Rushdie en una de sus novelas; algo por lo que (y valga la aclaración) los cristianos no lo han condenado a muerte. La civilización occidental entiende los espacios de libertad.

Y en el ataque a ese político le acusan de pretender volver al pasado. Cuando en todas partes la memoria histórica, una idea casi de culto, se emplea para superar el pasado- el holocausto, el franquismo, el Klux Klux Klan, los desaparecidos argentinos, etc.-aquí se emplea para volver a Trujillo.

Como si fuera el actual candidato opositor el que implantó en nuestros tiempos el “borrón y cuenta nueva”, olvidándose a propósito que lo hizo un caudillo que asombrosamente eligió el franquismo fascista español como su segundo exilio y que, de paso, permite a los ex-trujillistas y neo-trujillistas seguir siendo parte de los que dirigen este desorden nacional de hoy día, desorden que fue lo primero que dijo el actual mandatario nacional que era este país cuando asumió el poder en el 2004 por segunda vez.

Y volvemos al miedo. Joanna Bourke, profesora de Historia en Birkbeck College en Londres, recientemente publicó como distintos y falsos escenarios sobre la inseguridad ciudadana hacen del miedo un arma de dominación política y social.

La inseguridad ciudadana ni es un cuco, ni es una falsa percepción ni un espejismo. Es parte de la patología social de la dominación. Es parte de la mas peligrosa patología de la libertad.




Thursday, December 8, 2011

El metro del Metro

Diciembre 8 del 2011. Acento.com.do

Vuelvo a recordar al Putumayo de Vargas Llosa en “El sueño del celta”…” un mundo donde nadie decía la verdad…porque las gentes vivían dentro de un sistema en el que ya era prácticamente imposible distinguir lo falso de lo cierto”.

Y recordar el Putumayo viene al caso cuando pensamos en nuestro sistema educativo.

Hace un par de años me surgió una pregunta, para plantearla a mis estudiantes de medicina y psicología de la UASD (tercer año de sus carreras).

Ocurre que estoy hablando de células, de células nerviosas, de organelos celulares, todos de unas dimensiones en micrómetros y nanómetros.

Y siempre pregunto: ¿Cuántos metros tiene un kilómetro?, silencio total por respuesta; salvo entre los estudiantes de medicina que un par levantan la mano. “Señorita, cuánto usted mide de altura, de tamaño?” “Oh profe, 5.6”. “Muy bien, 5.6 qué?; ¿cinco qué? ¿.6 qué?”. Nadie sabe.

“¿Dígame joven, cuántos pies tiene una yarda?” Respuestas: 5, 4, 2, 6.

Y yo hablando de estructuras celulares en nanómetros.

¿”Joven, con sus manos, dígame cuánto es más o menos un metro?” Y colocan sus dos manos separadas por algo más de un pié.

Y por supuesto, nadie sabe de dónde viene el símbolo de @, aunque todos lo usan en sus correos electrónicos.

Claro que es culpa de ellos. Y culpa de sus maestros y sus escuelas. Y culpa de la universidad y también culpa de la Historia. Alguien me dijo que en nuestra Torre del Homenaje habían ondeado banderas de siete naciones distintas, y si eso no es un record, debe de ser un buen promedio.

Imagínese- El campesino de la sierra recoge los frijoles y los vende por “carga” (tres sacos sobre un mulo) al centro de acopio, que a su vez los limpia algo y lo revende por “sacos” a los camioneros y estos por kilogramos al mayorista del mercado que a su vez los vende por libras a los colmaderos y aquí finalmente por jarros a los clientes. Un cliente los cocina y los vende por “vasos” en el barrio.

El galón americano tiene cuatro cuartos que hacen 3.785 litros, pero el galón dominicano son cinco botellas, de ron, de 70cl o sea 700 ml cada una, y el galón será entonces de 3.5 litros.

¿Se compra la gasolina en galones americanos y se vende en galones dominicanos? Pues, no se.

Así, en nuestra vida diaria nos enfrentamos a unidades del Sistema Internacional (m, Km), sistema inglés (yarda, libra, pies y pulgadas), del sistema francés antiguo (un quintal de 125 libras, una boyerada) y varios españoles (vara, legua, tarea, cajón).

Desde los tiempos de Trujillo nuestro país es signatario de la convención sobre la aceptación del Sistema Internacional (sistema métrico decimal) y una ley de la época hace obligatorio su uso, nadie todavía se ha dado por enterado. Por supuesto, no somos únicos, en toda Latino América pasa algo parecido.

Y no sé en realidad cómo es que ha prendido en el imaginario popular la consigna del 4% para la educación, ni por qué se afanan tanto los partidos con los porcientos que las encuestas dan a sus candidatos, y las tendencias de éstas y sus “techos”, cuando es ya sabido desde hace años que en el cerebro humano es fácil pensar asociativamente, metafísicamente y causalmente, pero no estadísticamente.

Daniel Kahneman, el psicólogo premio Nobel de Economía del 2002 por sus aportes a lo que hoy es psicología económica, o como toman decisiones los humanos en condiciones de incertidumbre, nos lo recuerda de nuevo en su último libro “Pensando rápido y lento” (Thinking, Fast and Slow; F., S. and Giroux; N.Y., 2011) donde comenta sobre los errores sistemáticos que cometemos al pensar rápido problemas estadísticos, esto es, matemáticos.

Si al hecho de que son los números lo que más problema ocasiona, y mayor tiempo lleva, a nuestros cerebros para tomar decisiones; le agregamos una total confusión y desconocimiento de las unidades de medidas, llegamos al panorama actual de nuestras escuelas, nuestros profesionales y nuestros políticos. Todos en último lugar en todo lo que se pueda medir.

Este artículo está dedicado a ese estudiante que con toda seriedad, al yo preguntarle más o menos el tamaño de un metro, me respondió “Oh profe, de la Feria hasta Villa Mella”. Sí señor, le dije, ese es el metro del Metro.


Thursday, December 1, 2011

Miedo

Diciembre 1 del 2011. Acento.com.do

 Parecería que el miedo es una emoción tan conocida de todos que no merece definirse. Pero quizás sí. Miedo o temor es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable ante algo que nos asusta o creemos que nos puede hacer daño- dice Wikipedia.

Un neurobiólogo lo define como la vía de la evolución asegurar que los animales presenten respuestas proactivas a peligros que amenazan su vida, incluyendo depredadores, animales venenosos y enemigos. El neurobiólogo prosigue: “el valor adaptativo del miedo es obvio:…hay que estar vivo para reproducirse”. D. Buonomano, en su Brain Bugs ( Norton, N.Y., 2011) dedica todo un capítulo al miedo, al discutir las fallas y dificultades de nuestro cerebro actual, y es el científico arriba citado. Nuestro cerebro se formó para temer en especial a ciertas cosas, pero hoy no tememos a los carros a 150 Km/h ni a la electricidad que va por un cable. Hace cien mil años el Homo de la sabana no tenía esos problemas. Esos miedos hay que aprenderlos.

Cuando en mis clases de Psicofisiología en la UASD pregunto a mis estudiantes qué funciones cerebrales pueden enumerar dicen las comunes: pensar, hablar, ver, soñar, dormir, sentir y otras más. Nunca me han respondido que el cerebro es el órgano que garantiza por sobre todas las cosas la supervivencia. Primero hay que estar vivos, les recuerdo, y después viene todo lo demás.

Y si bien los mecanismos cerebrales motivacionales de buscar agua, comida, controlar nuestra temperatura y órganos internos nos mantiene vivos, participando de nuestro ambiente; para interactuar con otros animales (también parte de nuestro ambiente) aparecieron las emociones, superpuestas a las motivaciones primarias.

Las emociones. Un mecanismo rápido de respuesta, las llamó Darwin. Y emociones tenemos varias. Pero resulta que sobre la que más sabemos es sobre el miedo. No es que sea la que más nos guste, es que es la más fácil de estudiar y reproducir en los animales de laboratorio. Imagínese, ¿cómo vamos a saber cuándo una rata albina presenta vergüenza, pena, alegría, agradecimiento? Pero sí sabemos cuando tiene miedo: huye o pelea en una situación de miedo.

El miedo no es solo una de las más básicas emociones, sino que parece el mecanismo “default” de nuestro cerebro. Ante una sombra en un arbusto más le conviene a la gacela huir y después “pensar” si era o no un león, que quedarse observando y estudiando la sombra hasta estar segura si es o no un león para después decidir qué hacer. ¡Hay errores fatales y la naturaleza no los perdona!

Pero el miedo es una adaptación evolutiva, si no es necesario desaparece, como ocurrió con los animales de las Islas Galápagos que al no tener depredadores eran sumamente mansos, como lo constata Darwin en su libro sobre el viaje del Beagle y lo discute en su ya clásico How the Mind Works (Norton, N.Y., 1997) el psicólogo Steven Pinker.

Al constatar que pequeños gansos recién nacidos huían de una sombra en forma de halcón y no de otra, los etólogos K.Lorenz y N. Timbergen ya en los años 40 del siglo pasado, consideraron innato, inscrito en los genes de las especies, ciertos tipos de miedo.

También se ha presentado como innato el miedo a las culebras y serpientes por los monos (y las personas). El propio Darwin lanzó una culebra embalsamada a la jaula de los monos en el zoológico de Londres y constató que casi todos los monos chillaban y huían del área donde estaba la culebra. Hoy sabemos algo nuevo: si lanzamos un modelo de culebra a una jaula de monos nacidos en cautividad no se asustan, pero si son monos nacidos en la jungla y luego atrapados si lo hacen. Y algo más, aunque los monos nacidos en cautividad no se asustan por ver una culebra, si observan otro mono una sola vez asustarse de una culebra la evitarán siempre. En cambio para que eviten otra cosa luego de ver otros monos evitarla, flores por ejemplo, deben ver muchas veces ese episodio para terminar asustados por ese estímulo. No nacen los monos con miedo a las culebras, pero si con la adaptación de aprenderlo más rápido que cualquier otra cosa.

Ya en los años 30 se sabía que la lesión de la amígdala límbica cerebral producía placidez. Así lo comunicaron en 1937 Klüver y Bucy cuando presentaron el hoy ya famoso síndrome que lleva su nombre. Luego un famoso laboratorio canadiense de psicofisiología era reconocido por tener un puma caminando como un gatito manso luego de lesionarle el núcleo amigdaloideo de su sistema límbico  cerebral.

El miedo no solo se estudia por observación natural. La formación de miedo condicionado es hoy ya un instrumento de mucho uso en los laboratorios de neurociencias. Una de mis mayores satisfacciones intelectuales de toda mi vida fue cuando mi compañero de laboratorio durante mis estudios doctorales me dijo: “José, ven a ver estas ratas”.

Investigábamos la formación de miedo condicionado o condicionamiento de evitación activa, como le llamábamos, en ratas en la cámara de evitación de doble vía. Un choque eléctrico leve recibían por las patas las ratas luego de un timbre sonar por diez segundos. Los animales escapan al choque eléctrico entrando a una cámara adyacente que no está electrificada. Ratas controles, esto es, normales, sin ninguna manipulación previa, aprenden a pasar a la cámara contigua antes de los 10 segundos, evitando así el choque eléctrico, a las 40 presentaciones de ambos estímulos más o menos. Han aprendido un miedo condicionado al sonido que señala el choque eléctrico y cruzan al otro lado evitando así ambos estímulos.

Las ratas que me enseñaba mi compañero no cruzaban a la otra cámara durante el sonido. Siempre esperaban el choque eléctrico para hacerlo.

Investigábamos los núcleos de la amígdala límbica y el hipotálamo medio y su relación en alimentación y emocionalidad. Ya conocíamos el rol de la amígdala en la conducta sexual y en cierto tipo de memorias. Le pregunté “¿y dónde están lesionadas estas ratas?”. “En el núcleo lateral amigdalino casi exclusivamente, pero no hacen nada, ni se enteran del timbre”. 220 presentaciones de ambos estímulos (10 diarios) y los animales como si nada, como el primer día.

Luego entrenamos ratas en el reflejo y después lesionábamos la amígdala- esperábamos que desapareciera el reflejo; pero nada otra vez. La amígdala lateral era esencial para aprender el condicionamiento al miedo, pero luego de aprendido no lo alteraba.

Una noche nos sentamos a celebrar y a discutir…que la amígdala esto, que la amígdala aquello. “Pero no puede ser, la amígdala no puede estar en todo, no es Dios”, dijo mi compañero de laboratorio. Otro amigo que nos acompañaba se reía y nos dijo: ʺUstedes están como los matemáticos cuando resuelven una nueva ecuación…siempre creen que encontraron a Dios”.

Eran los años finales de los 70 del siglo pasado, un pequeño grupo en la Universidad de Kiev, nosotros, estudiábamos la amígdala límbica, también otros grupos en Israel; en Granada, España; en China y en Montpelier en una universidad francesa. En los años 90 la amígdala límbica hizo boom en Estados Unidos y hasta un documental de una hora sobre el cerebro vi en Discovery Channel sobre la amígdala límbica el año pasado. Recientemente ya las neuronas de la amígdala lateral responsables del miedo condicionado han sido identificadas y sus neurotransmisores también. Casi 30 años después. Ese es el paso lento, pero seguro, del conocimiento científico.

Con la amígdala límbica, una estructura evolutivamente vieja en el cerebro, aprendemos a temer y su mensaje es llevado al lóbulo pre-frontal y al cíngulo para interpretar nuestros miedos. Un sicópata es alguien sin miedo. Su amígdala límbica es 17% menor que en las personas normales y las conexiones de ésta con el lóbulo frontal son casi inexistentes.

La amígdala es esencial para tener miedo, para aprender a tener un miedo específico, para reconocer el miedo en el rostro de otra persona y para asociar una palabra-miedo-con sensación de peligro inminente.

Ahora bien, si utilizamos la palabra miedo, todos sabemos de qué estamos hablando. Pero si decimos “inseguridad ciudadana” podemos entender el significado semántico (muchos, no todos) pero se escapa el significado emocional del término. ¿Es dicho término un uso “sofisticado” para que no sepamos de lo que se habla? Puede ser, aunque todas las encuestas que se han realizado aparece como el problema número uno, o el segundo, que percibimos los dominicanos.

¡Y percibir el miedo es sentir el miedo!

¿O alguien se cree que utilizando la palabra “sicario”, de poco uso en nuestro país hasta muy reciente, en vez de “asesino a sueldo”, va a disminuir la sensación de horror de la segunda acepción?  Para muchos analfabetos y personas de poca cultura quizás, aunque sí se le elimina el componente emocional de miedo aprendido que tiene “asesino a sueldo” y pudiéramos pensar que su uso es políticamente de mala fe.

Miedo es lo que siente el país entero. Los pobres en sus barrios de miseria y los ricos en sus torres. Los estudiantes cuando vuelven de noche a sus casas y las mujeres y los varones cuando andan en las calles; los civiles en sus afanes diarios y los policías y militares cuando prestan sus servicios. Todos tenemos miedo. De los asaltos, de los asesinatos, de los abusos, del tránsito. Un país bajo miedo no es un país ni en desarrollo, ni en paz ni en nada. O como dijo el filósofo español Fernando Savater recientemente:” Vivir bajo la regla arbitraria del poder institucionalizado o de un poder ideológico y partidista no es vivir”. No queremos llegar a pasar lo que Adam Krug, en Barra siniestra de Vladimir Nabokov, tuvo que vivir.

Y si F. D. Roosevelt en su primer discurso público al ser elegido Presidente de los Estados Unidos en 1933, luego de la catástrofe económica de 1929, dijo: “De lo único que hay que tener miedo es del miedo mismo”; bien harían los candidatos a las elecciones generales del venidero año en decir cómo nos van a quitar este miedo, que ellos con sus incontables escoltas y guardaespaldas son los primeros en mostrar.

Thursday, September 15, 2011

CORTAR LAS MANOS

Acento.com.do, 15 de septiembre del 2001.

Y la mano hizo al hombre…..pudiera decir cualquier libro filosófico popular de cualquier época.  Cortar las manos es destruir a una persona, es llevarlo a nivel de un invertebrado por debajo de los pulpos; pero es que muchos individuos, en muchas épocas y sociedades utilizan sus manos para abusar y vivir de los demás de una manera no aceptada en ninguna civilización o grupo social conocido: para tomar lo ajeno.

Y así el grito de “cortar las manos”, o “mochar las manos” como han escrito algunos de nuestros más conspicuos literatos, lo encontramos desde el Corán hasta la campaña política actual. Es que el ladrón es una figura que a pesar de Rafles y Alí Babá, disgusta visceralmente. Pocos individuos se jactan de ser ladrones, ni siquiera buenos ladrones. Las cárceles están llenas de personas que dicen ¡no era yo!

Y no es solo una expresión de campaña política. Recientemente en Irán los grupos de derechos humanos han expresado preocupación por la realización del Hadd como castigo legal: le fueron cortadas las manos a seis ladrones, pero y siguiendo la ley, que ya tenían más de cien casos de robos reportados para cada uno. Drástico el caso y de reminiscencias medievales para el pensar occidental pero real y quizás efectivo en más de un tipo de sociedad.

Cuando el estudio de la anatomía de las extremidades superiores se desarrolló de una manera sistemática, el asombro de Sir Richard Owens, el gran científico inglés del siglo XIX, quien propuso el nombre de dinosaurios a unos fósiles extraños que estaban apareciendo, fue que en todos los mamíferos y en las aves, reptiles y anfibios el patrón óseo de las extremidades era idéntico. Un brazo era un hueso largo, seguido de otros dos huesos largos, un grupo de huesos pequeños y las falanges de los dedos. Desde el brazo de un humano, el de un gorila (que él también fue el primero en estudiar), un murciélago o un pollo. Mostraba así el plan divino de un creador que utilizaba un mismo patrón exitoso en su distribución de distintas formas a la vida.

Para la misma época, otro inglés proponía una explicación alternativa y más viable por ser posible de probar o descalificar empíricamente. Charles Darwin proponía que los huesos eran los mismos porque todos esos animales tenían un ancestro común. Fue Owen, genial, elitista y tramposo, creador del Museo Británico de Historia Natural tal como lo conocemos hoy, uno de los principales opositores a Darwin y a la idea de la evolución, pero ya eso es otra historia.

El dato que aún puede demostrar cualquier profesor de básica es que la estructura ósea de un brazo de un vertebrado terrestre es la misma, no importa que vertebrado sea.

Y quedó en el aire la pregunta…sí, tenemos un antepasado común, pero ¿dónde está? Los peces, dueños del mar fueron los que invadieron el ambiente terrestre, pero una aleta de un pez no presenta los huesos de una extremidad anterior de un vertebrado terrestre o secundariamente acuático, como las focas y las ballenas y manatíes.

Recientemente ha sido respondida la pregunta. Neil Shubin, de la Universidad de Chicago, con su laboratorio mitad de fósiles, mitad de ADN, nos hace la historia en su libro Your Inner Fish, (Su pez interior) con el subtitulo de Un viaje hacia la historia de 3.5 billones de años del cuerpo humano, Random House, 2008.

Que los animales terrestres veníamos del mar ya había mucha sospecha. El descubrimiento de peces pulmonados, que respiran aire, fue un buen indicio, pero para nuestras manos fue el análisis de fósiles de un pez llamado Acanthostega el que reveló el crucial paso. Con huesos como un terrestre, un hueso, dos huesos, huesecillos y falanges mostró el paso inicial hacia nuestras manos. Pero la extremidad era una aleta, no un ala, ni una pata, ni un brazo; se veía así que la aparición de dicho patrón de huesos no era preparando un futuro para poder eventual y evolutivamente apropiarse lo ajeno, sino simplemente para nadar.

Otro fósil, y este descubierto por el propio Subin, el Tiktaalik (nombrado así por una palabra de los nativos del ártico canadiense donde fue descubierto) es un pez de hace 375 millones de años, que ya presenta una muñeca que puede girar, rotar (curiosamente el signo que, unido al cerrar ordenadamente los dedos, hacemos con nuestra mano para personificar a un ladrón).

Fue en embriones de pollos, en huevos empollados, donde se inició en los años 50-60 del pasado siglo el estudio del desarrollo de los patrones de formación de nuestros esqueletos. Se descubrió, luego de delicados experimentos en embriones dentro de sus huevos, que una pequeña zona del botón de lo que sería la futura ala era lo fundamental en la formación completa y normal de la extremidad. Al llegar la era de la genética estaba claro que ese era el punto para buscar a los genes responsables.

En los años 80 del siglo pasado se descubrió al grupo de genes que se activaban y desactivaban para formar cada parte del cuerpo de una mosca de la fruta, la famosa drosófila de los genetistas y mimes para nosotros los demás mortales. Un grupo particular de estos genes llamados hedgehog (erizo) -por el parecido de ciertas cerdas o pelos duros en algunas moscas con un erizo (pequeño mamífero como un ratón, con la piel con filosas puas o espinas)- era el que hacia distintas las áreas de cada segmento del cuerpo de las moscas. Se inició la búsqueda de esta secuencia de genes –hedgehog- en otros animales de laboratorio. En 1993 el grupo de Shubin descubre el gen en pollos –llamándole Sonic Hedgehog (en honor a un juego de computadora famoso en ese momento) y demuestran su papel en la formación del ala y todos sus huesos. Pronto se reconfirma que este mismo gen dirige la formación de extremidades en otros vertebrados.

El punto fulminante viene cuando ya en el 2007 se comprueba que también en tiburones y rayas, recordemos peces  con un “esqueleto” de cartílago, y por ende una clase de peces aparte y distinta de los demás “peces óseos”, el sonic hedgehog (en experimentos usando genes de ratones) es también el responsable de la formación de la aleta y de los bastones de cartílago internos que le dan soporte. Un mismo grupo de genes responsable de un mismo tipo de estructura en todos los vertebrados. La naturaleza es económica y constante con lo que funciona.

Económicos, imitando la naturaleza, también son nuestros rateros, asaltantes, ladrones de cuello blanco y políticos corruptos y quienes les apoyan, les liberan si son capturados y logran beneficios con sus fechorías, pues no trabajan, se apropian de lo ajeno. Con sus famosos y repetidos borrones y cuentas nuevas y con sus cortes de mano que nunca llegan a mochar nada. Ojala que constantes en nuestra vida no lleguen nunca a ser. Las manos del heredero de Homo faber merecen, con una historia y evolución tan maravillosa y trabajosamente conocida, otras cosas de que ocuparse.

Fukuyama, again

Acento.com.do, 8 de septiembre del 2011.

En artículo en El País, de España, Yaani Sánchez, periodista cubana y autora del blog Generation Y, relata como en la Cuba de hoy pronunciar, en voz baja, como familiar el apellido de un Comandante de la Sierra o de un Jefe Histórico, abre puertas y logra salvoconductos y diversas minucias casi imposibles de alcanzar para su supervivencia al ciudadano de a pie.

Me quedé pensando tras la lectura arriba citada en el dictador libio y sus hijos; en el de Siria y Korea del Norte, que heredaron sus países como repúblicas y no monarquías y en los hijos de los trujillistas que Balaguer siempre usó como sus funcionarios preferidos y en los ejemplos actuales de un partido en el poder que a veces más bien parece un clan familiar (no que haya sido el único en nuestra historia reciente).

Y es que el nepotismo, el empleo de un familiar de los que detentan el poder en cargos públicos o situaciones relacionadas con el quehacer gubernamental, es un fenómeno transcultural contra el que ha luchado la humanidad en todo su andar. No simplemente porque es una desconsideración a todo el resto de la sociedad, sino porque siempre, siempre, siempre termina en incompetencia generalizada y en corrupción.

Y todo el tiempo me he preguntado y he preguntado a otros ¿cuándo fue que nos dañamos?, ¿por qué jóvenes idealistas y hasta revolucionarios (no simplemente en el criterio marxista del término) terminan, una vez en el poder, como los hijos y los escondidos sobrevivientes de los dictadorzuelos que nos han arropado siempre?

Bueno, Francis Fukuyama, profesor de Stanford, y quien fue el único que predijo la caída del mundo comunista en un artículo ya clásico en 1989 y que después llevó a libro, El Fin de la Historia, donde interpretando a Hegel dice que la Historia del mundo no es otra cosa que el progreso de la consciencia de la libertad, vuelve de nuevo.

Recuerdo varios artículos de opinión de la época en nuestra prensa sobre las ideas de Fukuyama, algunos “demostrando” lo equivocado que estaba. Pero al fin, el Muro, que no era de acero nada, se derrumbó.

Fukuyama nos trae un nuevo libro: The Origins of Political Order ( El Origen del Orden Político, N.Y.,2011), desde tiempos pre-humanos hasta la Revolución Francesa, aunque comenta hasta el fenómeno argentino del 2001; y mucho nos aclara sobre el nepotismo.

Partiendo de premisas evolutivas, porque como señala, no hay otra teoría bien fundamentada, nos muestra entre otras cosas, por qué no hay democracia en China y sí en la India, como la Iglesia Católica destruyendo los clanes familiares, para evitar que las herencias se quedaran en los grupos y obtener así ventajas económicas, cambió las relaciones de propiedad de Europa Occidental, lo que fue la base del desarrollo de las libertades individuales y el desarrollo en esa parte del mundo y de como España traspasó sus anticuadas formas de gobierno y de gravamen (Francia las hizo desaparecer con su Revolución Francesa) a América Latina; que al independizarse no realizó una revolución, sino que dejó intactos los modos y formas de gobierno peninsular. Solo Haití, pienso yo, realizó una revolución, pero para volver de nuevo a estructuras tribales de dominación.

La nueva obra de Fukuyama será lectura obligatoria (esperemos las traducciones) y sería una pena que los contendientes políticos actuales nuestros no tengan asistentes o personal que la esté leyendo ya.

Fukuyama señala que los humanos siempre hemos sido animales sociales, ni aislados anarquistas como dice Hobbes, ni “pacíficos ignorantes unos de los otros” como dice Rousseau. Y agrega, tomándolo de las teorías evolucionistas contemporáneas: “la sociabilidad humana natural está  construida sobre dos principios, la selección familiar y el altruismo recíproco”. En el primero los individuos son altruistas con los que tienen sus propios genes, en proporción aproximada al % de genes que comparten. En el segundo caso,  se plantea que las relaciones entre no familiares se desarrollan para beneficio o daño mutuo a largo plazo, dependiendo de la experiencia adquirida en interacciones pasadas (la ya clásica estrategia evolutiva estable, probada en los estudios del dilema del prisionero o “tit for tat” del teórico evolucionista W.D. Hamilton). El patrimonialismo político está así basado en uno de estos dos principios de la evolución de lo social.

Y la evolución del aparato del poder cuando los humanos llegamos a millones hizo que el orden del poder y su administración, constreñidos por lo que nos era natural, buscara salidas que garantizaran supervivencia y continuidad. Y Fukuyama nos muestra como ocurrió.

Parece increíble, pero ya los chinos, hace miles de años, establecieron una burocracia meritocrática de alto grado de funcionabilidad. Claro, el experimento duró poco, pero resurgió en Europa luego de la Revolución Francesa.

América Latina heredó de España una burocracia patrimonialista, infuncional y parasitaria y nuestros partidos políticos continúan la tradición. Como dice Fukuyama, ante la aparición en el siglo XX de gremios, intelectuales urbanos y grupos económicos con nexos internacionales, que todos propugnaban por un cambio, el estado latinoamericano simplemente los compró por migajas y los cooptó, y no varió su política.

Un texto para ser leído, estudiado y pensado. Aunque hoy dijo Sara que en un partido político en el poder los viejos ya no leen ni los jóvenes tampoco.

Nuestro problema entonces, siguiendo al autor citado, no son los seiscientos mil empleados públicos, sino que esos empleados públicos son nombrados, mantenidos y pagados por su cercanía genética o de grupo con el poder y su incompetencia e ineficacia solo se compara con su habilidad para individualmente buscar su mejoría económica, generalmente ilusoria, a costa de y ante los demás miembros de la sociedad.

Vamos a esperar por la lectura generalizada del nuevo e inmenso trabajo de Fukuyama (585 páginas), por las críticas que le lloverán desde nuestra media isla, y de seguro de otros lares, por las justificaciones de lo actual y por la culpa en los otros. Todo llegará. Pero por lo menos comprendo un poco más claro que fue lo que nos pasó en este mundo nuevo que nació ya viejo y que no quiere morirse nunca.

Lo de barrilitos, salchichones, tirar pesos para arriba y caravanear un puesto no es nuestro gran invento, es un lastre de hace muchos, muchos años en variadas sociedades, que hoy intentan salir adelante, como nosotros, cambiándolo todo para que no cambie nada.

Wednesday, August 24, 2011

Y los sueños, sueños son.

(Acento.com.do, 25 de agosto del 2011)

Soñar con un Nueva York chiquito puede parecerse mucho a soñar con una Caracas grande o una Habana del siglo XXI, si por sueños fuera. Pero los sueños, sueños son y desde Homero hasta El Sueño del Celta de Vargas Llosa, siempre han estado con nosotros y como se ha escrito y repetido ¿qué es un hombre (un humano) sin un sueño?
Los humanos somos especiales. No nos asustamos del no saber, al contrario, la ignorancia nos hace audaces y si no sabemos, por ejemplo, qué es un sueño, sí lo utilizamos  para sanar, gobernar, inventar religiones o jugar a la lotería. Sigismund Freud llamó a su libro “La interpretación de los sueños” sin tener la más remota idea de lo que era un sueño y de que era el soñar. Pero así es la diversidad humana: soñadora.

Fue en los años 20 del siglo pasado cuando el psiquiatra alemán Hans Berger inventa la electroencefalografía- el EEG-; el registro de la actividad eléctrica de las capas superficiales del cerebro humano. Se dice que lo logró en 1925, pero que no lo comunicó hasta 1929, llamando ritmos u ondas, por la impresión que dejaban sobre papel las plumillas de su aparato movidas por fenómenos eléctricos cerebrales, a las distintas velocidades y magnitudes de la actividad cerebral.

Fue todo un acontecimiento. Por primera vez podía verse y medirse directamente lo que hacía el cerebro humano, sin necesidad de inferencias a partir del pensamiento o la conducta.

El EEG se convirtió así en un nuevo instrumento tanto para la investigación como para la clínica. Los psiquiatras y neurólogos (que en Francia, por ejemplo, eran lo mismo hasta mediados del siglo pasado) ya contaban con medidas objetivas de la función cerebral normal y patológica.

Merecía un Nobel, pero al otorgarse en 1924 a W. Einthoven el premio Nobel de Fisiología o Medicina por el EKG, el electrocardiograma, puede que no se considerase tan importante otro registro eléctrico de un órgano distinto al corazón. Quizás un error histórico, pues vaya con el órgano que se abría para la ciencia (para aquellos que creen que los únicos errores fue no darle el Nobel a Borges o a Nabokov).

Treinta años después, en 1957, dos científicos de la Universidad de Chicago descubren algo curioso en el EEG: cuando dormimos el ritmo eléctrico cerebral es lento y pausado- ritmo de ondas Delta le llaman- cada cierto tiempo aparece un descontrol y una aceleración de las ondas y no solo en el EEG: se acelera el corazón y la respiración, se eleva la presión arterial, hay erección sexual en el varón ( y en la hembra?) y los ojos se mueven de un lado a otro rápidamente, debajo de nuestros párpados cerrados. Y no solo eso, el fenómeno se repite varias veces durante la noche durando cada vez más tiempo. Ritmo MOR se le ha llamado. Ritmo de movimientos oculares rápidos.

Pero este ritmo acelerado y presente varias veces en nuestro dormir no hubiese tenido gran trascendencia si no fuese porque entre el 70-85% de las personas despertadas en ese momento reportaban que estaban soñando

Los fenómenos oníricos- los sueños- ocurrían en nuestros cerebros durante una actividad especial del mismo y varias veces en la noche. Y los científicos son curiosos. Si el ritmo MOR es una actividad que expresa sueños, ¿sueñan los animales? Todos los mamíferos presentan ritmo MOR y pensamos que sueñan (hay excepciones) y algunas especies en el mismo % que los humanos. También las aves, aunque en mucho menor medida. En los reptiles no se ha observado este fenómeno. ¿Qué sueñan nuestros perros, gatos y periquitos del amor?

Y la ciencia, en su trabajo de orfebrería, comenzó a buscar las áreas cerebrales involucradas en el fenómeno de soñar, cuales sustancias químicas (neurotransmisores) son las importantes, por qué se mueven los ojos, qué nos relaja más aún la musculatura corporal, etc. Y, por supuesto, las conjeturas, ideas e hipótesis de por qué y para qué soñamos, han sido quizás demasiadas. Aunque algo hoy si sabemos: si no hay sueños MOR no recordamos bien lo aprendido el día anterior. Juega un papel en la consolidación de la memoria reciente.

Pero los científicos nunca están satisfechos. Y ahora encuentran que durante el dormir no-MOR también se producen ensoñaciones, fenómenos oníricos. Los psicólogos evolucionistas dan mucha importancia al sueño MOR. Es un fenómeno riesgoso y costoso desde el punto de vista energético y si lo tenemos (al igual que el resto de los mamíferos) es porque debe de tener una función muy importante. Bueno, consolidar memorias no es poca cosa. Y en estos días se ha publicado que alteraciones del MOR son un indicador de la aparición precoz del Mal de Párkinson, aquel donde se pierde la dopamina cerebral, neurotransmisor fundamental en el movimiento y también en el placer y la adicción

Un detalle: en las etapas finales del MOR, los sueños son más vívidos y con mayor carga emocional. Algo que quizás también podemos asociar a dopamina.

Pero estamos hoy en la época de los genes y el estudio de los sueños no iba a escapar a esa tendencia. Se han descrito genes que regulan el dormir MOR y el dormir no-MOR, y más aún, los genes del MOR vienen del padre y los no-MOR por vía materna. Los primeros influencian funciones emocionales y vegetativas y los segundos funciones cognitivas superiores.

Así, se ha expresado que los genes maternos nos ofrecen sueños “conceptuales” y los paternos sueños más emocionales. Un estudio encontró que los sueños donde hay agresividad son exclusivos de la fase MOR, mientras que sueños amistosos y de cooperación son significativamente más frecuentes en la fase no-MOR, en la fase dirigida por nuestros genes maternos.

Claramente, los sueños son fenómenos que han participado en la evolución de nuestros cerebros. Sigue siendo interesante el saber sobre que sueña nuestro perro y quizás mejor aún si descubren como pudiera un sueño decirnos los números de la loto.

Y por supuesto, sigue siendo altamente preocupante cuando confundimos la realidad y soñamos despiertos, especialmente los políticos, que a veces logran convencer o someter a un pueblo entero a que su sueño de despierto es la representación del mejor de los mundos posibles, del mejor de los nuevayores.

Thursday, June 16, 2011

DOMESTICOS Y EVOLUCIONADOS

(En acento.com.do, junio 16 del 2011)

En Clave Digital del 28 de octubre del 2008 presenté un ensayo denominado El Mono Doméstico. En el mismo expresaba la idea que los humanos somos primates domesticados y que la característica de doméstico depende básicamente de nuestra biología particular, al igual que el resto de las plantas y animales que conocemos como domésticos.

Algunas de las cosas que escribí son: “otra característica de los animales domésticos es que son muy variables en su forma, en su fenotipo, construyen así muchas razas. Son también muy prolíficos”. “En los perros la variabilidad es máxima”. “Es todo una interesante conjetura. Solo que hoy día puede ser una hipótesis científica. Esperemos que se produzcan los conocimientos, hoy posibles, de las diferencias genéticas entre perros y lobos, gatos y felinos…”.

El recuento viene al caso porque National Geographic, la popular revista de alta divulgación científica del pasado marzo de 2011, trae un artículo titulado Domesticar lo Salvaje y que ocupa su portada con el subtítulo de “Mascotas de Diseño”. Veamos algo de lo que dice.

Presentando el ejemplo de la crianza de zorros plateados, también citado en nuestro trabajo, investigadores han propuesto que el motor de los cambios de los animales en cautiverio por generaciones, es un conjunto de genes que propician la tendencia a la sumisión.

Comparando los genomas de lobos y perros en una investigación del 2009 en UCLA, investigadores han identificado una secuencia de ADN muy específica, situada cerca de un gen llamado WBSCR17, el cual es muy diferente en estas especies. En los humanos este gen es parcialmente responsable de un raro trastorno genético, el síndrome de Williams-Beuren, que presenta en los afectados un “gregarismo excepcional”. Suelen ser estas personas sumamente amistosas y confiadas con personas totalmente desconocidas.

Uno de los investigadores del caso de los zorros plateados es citado diciendo:”los rusos…hicieron la selección para obtener un zorro más simpático. No obstante terminaron con zorros inteligentes”. “Me atrevo a afirmar que lo primero que ocurrió para producir un humano a partir de un antepasado simiesco fue un incremento sustancial en la tolerancia a los demás”.

Así pues, parece que la tolerancia hacia los demás y el gregarismo son el resultado de cambios genéticos, que a su vez es muy posible que nos hayan convertido, interactuando con nuestro ambiente, en las variedades de humanos que somos hoy.

Claro, hay que recordar muy bien que significa el efecto de los genes. Un grano de maíz sembrado en las fértiles tierras de Moca producirá una planta muy distinta a la que ese mismo grano desarrollará en la arena de la playa de Juan Dolio.

Y, quizás por eso, las relaciones sociales entre humanos y entre humanos y su entorno se observan tan alejadas de su biología. Pero es una ilusión. Todos somos gregarios y todos tolerantes, pero la variabilidad es amplia y a veces nos parece que un solo intolerante (el grano de maíz de Juan Dolio) es el representante de todos, cuando en realidad es la excepción.

Un amigo, al leer este artículo me ha comentado…es que aquí como que la bendita playa de Juan Dolio es muy larga….bueno…eso también hay que pensarlo.

Wednesday, May 25, 2011

LA FERIA....DE LOS LIBROS?

Vera causa 
¿La Feria …de los libros?
¿La Feria …de los libros?
19 de mayo del 2011
Acento.com.do
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J. R. Albaine Pons
Profesor universitario . Facultad de Ciencias de la Salud, UASD

Hay que vivir para ver y ver para creer.
Me había hecho la idea de participar más o menos regularmente en este diario electrónico, Acento.com.do, para escribir pequeños ensayos sobre ciencia, y en particular las biociencias que son aquellas de las que algo sé, porque insisto en que una sociedad que no puede evitar vivir del producto de la ciencia moderna, algo debe de conocer sobre ella.
Pero a veces simplemente no se puede. No se puede porque la realidad te asusta de una manera que ya no puedes dejar de pensarla.
¡Una Feria del Libro dedicada al Vaticano!
¿Una Feria del Libro dedicada al Vaticano?...¿Al Vaticano?
¿Al primer Estado Teocrático del mundo contemporáneo? Supongo que si el año que viene organizan otra feria igual...sería dedicada a Irán, el segundo estado teocrático del mundo moderno y leeremos El Corán y el ministerio de Educación tendrá un pabellón con La Meca y su famosa Piedra Negra a la que todo musulmán debe dar varias vueltas antes de morir e irse a su cielo de vírgenes. Pero al menos Irán es un país de millones de personas, con una cultura de miles de años y que, si bien es algo alejado de nuestro mundo occidental está, ahí y gravita, a veces peligrosamente, sobre lo que pasa en el resto del mundo.
Y es que la historia del libro es la historia de su lucha contra El Vaticano.
Ningún Estado ha prohibido más libros por kilómetro cuadrado de superficie que el que gobierna las altas instancias de la iglesia católica.
¿Cuándo comenzó la gente a leer sus propias Biblias? Cuando Martín Lutero dijo que todos tenían libertad para hacerlo, a pesar del Vaticano. ¿Quién introdujo la censura, la quema de libros, la prohibición de libros, una lista Estatal Oficial de libros prohibidos? ¿De quienes copió el católico de Hitler su práctica de quemar libros en público porque sus autores eran judíos? ¿A quién se le ocurrió que en América Latina no se podían publicar novelas  (por nada menos que 300 años) por su "mala influencia" sobre el pensamiento?
Todavía recuerdo aquel Hermano de La Salle que en los inicios de los años 60 nos enseñaba Lengua Española en el Colegio en Santiago. Decía, ¿para qué quieren leer la Biblia si el sacerdote la explica mejor los domingos en la misa?
¿Y hacerlo esto un gobierno de, aparentemente, ex− marxistas, ex­-partido comunista, ex− pacoredos; de seguidores de ideas laicas y que recientemente auparon una nueva constitución donde se garantiza libertad de cultos?
Y sí, creo que es mi derecho expresar mi oposición a que se le dedique una actividad tan importante en nuestra cultura, que tanto había caminado aunque a veces a trompicones, y de la que tanto esperamos todos los que creemos que el libro es la vida más allá de nuestra propia y única experiencia; a un  Estado que ni población tiene, ni cultura, ni costumbres ni nada. Solo una idea religiosa que, como no, ya no la imponen a sangre y fuego porque llana y simplemente no pueden.
Y no solamente los funcionarios se ocuparon de esta penosa y vergonzosa realidad, no he leído a uno solo de nuestros intelectuales públicos referirse a este caso, aunque por lo bajo todos se la pasan rumiando su inconformidad y vergüenza ajena con el mismo. Con una autocensura que ya nos ha costado demasiado.
Que el primer quiosco que encuentre uno al entrar a nuestra Feria sea de literatura de monjitas, no nos va a llevar como país a ninguna parte y no le enseña nada a nadie, que no sean atavismos y cantos moralistas que ya se sabe, ellos mismos son los primeros en no respetar.
En una época donde la Rectoría de la Universidad de Boston publica en su boletín un erudito trabajo sobre de dónde y cuándo surgió la idea de un Dios Único (de los griegos clásicos, de quienes iba a ser. "Arion"-Boston University Office of the Provost. A journal of humanities and the clasics. Fall2010, Vol 18.2: How Did god Get Started?, C.Weels) aquí nos esforzamos en que nuestro país siga en la oscuridad que ya no es solo la que nos da ahora el ex vicepresidente de la Fuerza Nacional Progresista al frente de la Corporación de Electricidad (aunque la prensa insiste en llamarle representante  de la clase empresarial, y no comenta su  posición política). Y nuestras universidades no solo nada opinan, sino que participan con entusiasmo de la fiesta
Solo espero, que esos mismos intelectuales que hoy han callado, vanagloriándose de recibir temporalmente el nombre de una calle o una esquina -poeta callejero llamé a un amigo cuyo nombre aparece en una de las calles de la Feria- sean los primeros en escribir sobrias conceptualizaciones sobre el porqué no podemos invitar a Salman Rushdie o a sus libros, cuando le dediquemos la Feria a Irán. Y no estaremos tan solos, después de todo, miremos como los "intelectuales argentinos" quisieron declarar a Vargas Llosa non-grato en Buenos Aires, precisamente en otra Ferio del Libro.
Ya lo dijo Borges, es más importante los libros leídos que los escritos. Pero, ¿qué estamos enseñando a leer a nuestros jóvenes y no tan jóvenes que se inician en la lectura? ¿Lecturas religiosas? ¡Es que no hay juicio! hubiese dicho una viejita que mucho me quiso allá en el viejo Santiago, y que dejó de ir a la iglesia cuando comenzaron a decir la misa en español, porque ya el padre no hablaba la lengua de Dios.
Ya solo nos faltará ver, para completar el cuadro, a uno de nuestros grandes políticos actuales mandando a darle una pela de calzón quitao al mar por haber traído un ciclón, como hizo Jerjes, el hijo de Darío El Grande, que mandó a azotar al océano, luego de que una tormenta destruyera su flota en sus guerras contra los griegos (a propósito de Persia, hoy Iran).

Thursday, April 28, 2011

Paradigmas y doctorados

(Acento.com.do)


Ya el grado científico de Doctor o Ph.D. norteamericano (1er grado científico
le llamaban en los países ex­-socialistas siguiendo el modelo alemán) no es tan rara avis en nuestras universidades. De hecho, ahora, muchos profesores hablan de querer alcanzar el doctorado.
Si realizamos una búsqueda rápida en la Internet encontramos que el Doctor of Philosophy viene del latín philosophiae doctor, lo que significaba más o menos “búsqueda de conocimientos profundos”, que el primer Doctor of Philosophy se graduó en París, en 1150 y que fue a principios del siglo XIX que adquirió el significado actual de un grado en investigación científica avanzada. En 1861 Yale en Estados Unidos adoptó la práctica alemana y los ingleses, por supuesto, le siguen llamando con las siglas D.Phil.
Un par de datos interesantes: en España solo personas de cierta nobleza (no todos los “nobles”) y aquellos con un Doctorado pueden sentarse y usar su sombrero en presencia del Rey. El otro dato: solo personas con Ph.D. pueden usar togas con tres barras o galones en las mangas en las ceremonias oficiales de las academias.
Un doctorado o Ph.D. se obtiene estudiando e investigando entre tres y cinco años luego de alcanzar el grado de licenciado. En los Estados Unidos de más de 7,000 instituciones de educación superior solo unas 280 universidades otorgan el Ph.D.
La historia viene a cuento porque hoy día se han desarrollado variantes interesantes- con ayuda de las nuevas tecnologías- y en muchos campos se puede realizar un doctorado con un mínimo de estancia obligada en la universidad que otorga el grado. Algo así se ha vuelto común entre nosotros, en especial con universidades españolas. Claro, no hablaremos del papel de los colegios invisibles y su impacto en la cultura de los doctorandos en esta ocasión.
Pero a fin de cuentas lo importante en un doctorado es la tesis doctoral. Un documento oficial  donde el aspirante demuestra pensamiento crítico, profundidad metodológica y resultados nuevos. Y bueno,¡ hay tesis y hay tesis…hay doctores y hay doctores!
Nosotros los profesionales del tercer mundo, en especial en ciertas áreas, por lo general escogemos como tema de disertación doctoral algún problema local. El cual de entrada, es generalmente más conocido por el aspirante que por el asesor que se le designa o que este escoge, que es quien dirige y guía su trabajo. Y vemos como son aprobadas tesis doctorales donde un 70% es historia o geografía patria de nivel de bachillerato. Claro, para nosotros. Para la universidad X de España o Francia o cualquier país es una ganancia neta tener una tesis en sus bibliotecas sobre la historia de Lilís y su gobierno, o de las ideas y creencias del campesinado dominicano de la cordillera Central, por ejemplo.
Y a veces, como en todas las cosas, aparece una joya. Una tesis sobre un problema discutido por intelectuales de todo el mundo o por científicos del país que otorga el doctorado. Y esto es precisamente “Las Tensiones de la Estructura”. Estudio crítico de la estructura de las revoluciones científicas para una perspectiva hermenéutica de la ciencia; por Ramón Leonardo Díaz, profesor de la Escuela de Filosofía de la UASD y dirigida por Nicanor Ursua, de la Universidad del País Vasco, donde fue defendida y aprobada con honores. No hay que ocultar la gran ayuda y guía del Dr. Enerio Rodríguez Arias, de la Escuela de Psicología, también de la UASD y así se expresa en los agradecimientos del trabajo.
Un joven aspirante a doctor, dominicano, discutiendo un tema universal, contra los grandes especialistas del tema y aportando ideas nuevas.
No hay quizás un concepto más abusado en nuestro medio académico que Paradigma. Todo es un cambio de paradigma, o debe serlo. Claro, seguido se nota que ninguno de los usuarios del término se ha leído a Thomas Kuhn o a su obra ya clásica “La Estructura de las Revoluciones Científicas”, de 1970. En ella nace por así decirlo el concepto de paradigma-paradigma de ciencia normal, paradigma de ciencia revolucionaria, por ejemplo- es una de las claves del texto.
La tesis de Díaz no solo muestra la buena y mala traducción de la obra al castellano, sino que trae las discusiones que produjo, los pro y los contra de influyentes filósofos sobre ella y las contradicciones-  él las llama tensiones- en las que el propio Khun incurrió, en especial en el caso del concepto paradigma. Es notable la actualidad que presenta el debate Khun-Popper de la época, también reseñado en la tesis, y qué nos deja esta obra en relación a los conceptos que hoy se discuten en filosofía de la ciencia.
Dice de Kuhn “merece ser considerado como uno de los pensadores de mayor impacto en la filosofía de la ciencia del siglo XX” y lo demuestra en su tesis, de 253 páginas y 180 y algo de citas bibliográficas con casi todos los grandes pensadores sobre la ciencia del siglo XX e inicios del XXI, e inclusive un artículo sobre el tema del propio autor en una revista internacional.
Señala en varios lugares como enfoca a Kuhn desde los “estudios culturales de la ciencia-con énfasis en una lectura hermenéutica”. Una pena que no ampliara su propia concepción de “estudios culturales”, en un tiempo que “teoría cultural” significa: marxismo, posestructuralismo, psicoanálisis freudiano y lacaniano, feminismo, construccionismo, postmodernismo y otras tendencias. ”las teorías culturales son subjetivas, deliberadamente obtusas, politizadas y basadas en postulados anticuados” han dicho algunos de sus críticos (Gottschall y D.S.Wilson, 2005). El recordado asunto Sokal no es solo una memoria, fue un ejemplo del discurso de los “estudios culturales”. Pero que conste, nada de lo expresado por Gottschall y Wilson aparece en esta tesis. Es clara, concisa, profunda y legible a la vez, con un fino olfato crítico para señalar lo importante. ¡Es una Señora Tesis Doctoral! ¡Y nada más y nada menos que sobre la obra de Thomas Kuhn! Y es de un profesor dominicano de la UASD.
Esperamos ver este trabajo publicado en un libro. Texto que será estudio obligatorio en múltiples postgrados y maestrías (y digamos ya en nuestros futuros doctorados) de la actualidad.
La Tesis doctoral del hoy Doctor Díaz es un orgullo para la UASD y los uasdianos y para todos lo dominicanos.

Thursday, April 7, 2011

INFORMACION Y DECISIONES

A inicios del siglo XX llegaba el principio del fin del gran Imperio Ruso. La efervescencia política y la decrepitud del régimen auguraban cambios. Llegó la Revolución del 1905 y fue la piedra fundacional para la de Octubre de 1917, que, con su ideal de comunismo, marcó el siglo en todo su transcurso. Hasta aquí, historia archiconocida.

Al mismo tiempo que nobles y revolucionarios se esforzaban por mantener unos e imponer otros su visión del mundo, un grupo de personas intentaban hacer ciencia. Ivan Pavlov y sus colaboradores trabajaban afanosamente por iniciar una nueva rama del conocimiento, la llamaron fisiología de la actividad nerviosa superior.

Este grupo de personas desarrolló el paradigma experimental del condicionamiento y comenzaron a medir y evaluar sus parámetros y a construir teorías sobre sus resultados.

Son los perros de I.Pavlov y el estudio de su salivación al accionar el experimentador un timbre, y no solo al recibir comida, lo que muchas personas recuerdan de este episodio histórico del desarrollo de la ciencia.

Al realizar un condicionamiento pavloviano en un perro se asocian un timbre o una luz a alimento colocado en la boca del animal, alimento que producirá salivación refleja. A cada presentación del sonido del timbre seguido de comida Pavlov llamó “una sumación”. Hoy día le llamamos “un ensayo”. Para producir condicionamiento en un animal se realizan diez (10) ensayos diarios, a veces 15, y luego de varios días obtenemos el fenómeno antes citado con todas las medidas del proceso. Al intentar utilizar 20 o más ensayos diarios, los colaboradores de Pavlov observaron que el animal primero se mostraba intranquilo, disminuía su apetito y bajaba de  peso, perdía pelo y en muchos casos respondía agresivamente. No se podía lograr el condicionamiento. Llamaron al fenómeno “neurosis de información” y un grupo inició así el estudio experimental de la fisiopatología de funciones cerebrales superiores.

Recientemente, el cada vez más común “suicidio” masivo de ballenas, los llamados varamientos, al nadar estos mamíferos hacia playas hasta quedar atrapados y morir por su propio peso en la arena, también ha sido explicado por algunos autores como una “neurosis de información”. El delicado sistema de sonar de las ballenas, donde sus “cantos” y vocalizaciones
chocan con distintas masas de agua y el fondo marino y permite a sus cerebros, al captar su retorno, la construcción de un mapa topográfico de sus ambientes, parece alterado por el cada vez más creciente ruido producido por el tráfico de barcos de todas clases y tamaños.

Ambas historias vienen a cuento porque nunca como hoy los seres humanos han estado sometidos a la presencia abrumadora de información y de ruido. Recordemos que en este caso, ruido es toda información no deseada o necesaria. Los adelantos y dispositivos electrónicos tecnológicos están comercializándose en una fase que ya molestan por su exceso de “ruido”. La aparición de “twitter” y “facebook” y del teléfono móvil que recibe y envía mensajes de la internet, ha aumentado el ruido informativo a niveles insospechados hace solo unos años.

Hace poco, científicos de la universidad de Harvard publicaron, en el journal Neuron (agosto, 2010), que los seres humanos toman decisiones morales difíciles utilizando los mismos mecanismos cerebrales que emplean para elegir un alimento o para realizar una simple operación comercial. O sea, que tenemos un solo sistema neural general para la toma de decisiones; algo ya propuesto desde los años 70 del siglo pasado pero no encontrado , por lo menos para humanos, tan claramente. Es en la corteza ventromedial prefrontal donde se combina la evaluación y probabilidades futuras de un hecho o idea y sus magnitudes para una decisión final.

De este descubrimiento al siguiente solo hay un paso. Y así lo informó un artículo reciente de la revista Newsweek (febrero 27, 2011), al analizar el impacto del exceso de información actual. El equipo de A. Dinoka de la universidad de Temple analizó el exceso de información en un grupo de voluntarios a quienes se les medía la actividad cerebral con ayuda de resonancia magnética funcional. El área dorsolateral frontomedial aumenta su actividad al aumentar la información recibida, pero en un punto se desconecta. Sobrecarga de información, la llamaron. Y esta zona, que también juega un papel en la expresión de emociones al “apagarse” liberó expresiones emocionales y cometieron  los sujetos estudiados “errores estúpidos” y “malas decisiones”  en las pruebas que les presentaron. Dos núcleos adjuntos del lóbulo prefrontal cerebral resolviendo los problemas del mundo y apagados, muchas veces, por la antigua “neurosis de información”.

La ciencia de las “decisiones” se está tornando importante. Ya salió al mercado una publicación masiva, paperback, llamada “El arte de tomar decisiones” el pasado mes de marzo.

Al leer todo esto, solo he pensado en nuestros políticos, del gobierno y de la oposición, con sus cuatro celulares blackberry cada uno, recibiendo todo tipo de llamadas, twitters , anuncios y correos electrónicos…y por lo tanto tomando las peores decisiones posibles. Creo que no hace falta ser específico en ejemplos. Salen todos los días en la prensa diaria.

Con la información y la decisión es como el viejo refrán popular: el que mucho abarca, poco aprieta.


Acento.com.do/ abril 7 del 2011

Monday, January 24, 2011

Cerebro, lectura y escritura

Todo se inició por unas ganas de un profesor universitario, Yo, de fastidiar a sus estudiantes. Al observar a varios de ellos con lap-tops y mini lap-tops en el aula hice la siguiente pregunta: muy bien, ¿qué es una arroba? -Oh profe, el símbolo para escribir una dirección electrónica- respondió uno de ellos. Si, pero ¿qué es?, ¿qué significa arroba?, ¿de dónde viene eso? Nadie sabía. Y pensé, déjame ver. ¿Cuántos metros tiene un kilómetro?, ¿de qué tamaño es un metro, expréselo con sus brazos y manos?, ¿cuántas onzas tiene una libra?, ¿cuántos litros tiene un galón? ¡Nadie sabía! Mis estudiantes de tercer año de Medicina y de Psicología de la UASD, durante los pasados cinco semestres que hago este ejercicio, no saben.

Entonces hago un chiste cruel. Bueno, vamos a aprender  unidades de medida, porque ya se que si dejan la carrera no podrán trabajar ni en un colmadón ni en una tienda de la Mella; así que mejor aprendemos eso y seguimos con la fisiología y se hacen médicos/ psicólogos, a lo mejor les va mejor.

Y entonces viene el hecho del cambio de textos en la educación básica. Y el escándalo, y los dimes y diretes que todos hemos leído en la prensa.

Y leyendo acerca de la discusión sobre el español (¿castellano?) y su enseñanza recordé lecturas recientes y lo que significa leer y escribir. De ahí el origen final de este artículo.

Mario Vargas Llosa, nuestro Mario Vargas Llosa, inicia su discurso de recepción del premio Nobel de literatura 2010 con las siguientes palabras: “Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en mi vida”.

En Búsqueda sin término (1994, 3ra ed., Technos), la autobiografía intelectual de Karl Popper, sin quizás uno de los filósofos más influyentes del pasado Siglo XX, Este escribió: “aprender a leer y, en menor grado, a escribir son, sin duda, los mayores acontecimientos en el desarrollo intelectual de una persona”. “Estaré por siempre agradecido a mi primera profesora, Emma Goldberger, que me enseño a leer, a escribir, y las reglas de la aritmética”. Curioso, como los grandes intelectuales continuamente nos recuerdan quien los alfabetizó. De los nuestros, solo recuerdo a Rosa Smester, que alfabetizó a Joaquín Balaguer. No se quienes alfabetizaron a nuestros otros líderes, escritores y pensadores. Seguramente mi falta, pues no dudo que lo hayan expresado alguna vez.

Pero no siempre la lectura se vio con buenos ojos. Sócrates temía que la lectura disminuyera el diálogo, como en efecto ocurrió. La invención de las vocales por los griegos y agregarlas al alfabeto de consonantes de los fenicios, produjo el nacimiento del mundo que conocemos como occidental y de su dominadora cultura hasta el día de hoy.

Y ¿cómo aprendemos a leer y a escribir y por qué podemos todos los humanos dominar esas dos acciones consideradas las bases de todo lo demás? Un nuevo libro de neurólogo Oliver Sacks de la Universidad de Columbia, The mind’s eye (Knoff, 2010) nos hace conocer algunas respuestas.

En el ensayo “Un hombre de letras”, del citado texto, el Dr. Sacks nos cuenta de un paciente que luego de un pequeño daño cerebral perdió la capacidad de leer (alexia), pero curiosamente no la de escribir - un fenómeno conocido en la literatura médica como alexia sine agraphia- y por supuesto, escribía lo que se le dictaba, aunque después no entendía su lectura. El Dr. Sacks prosigue su historia de cómo este paciente y otros han podido en parte recobrar en su vida algo de lo todo que perdieron con esas lesiones.

Me viene a la mente las veces que he escuchado que la nueva forma de enseñanza (¿la de mis estudiantes de Medicina?) no es memorística, sino conceptual, holística, construccionista; y me pregunto ¿pero no saben que sin memoria no hay aprendizaje? Será que tienen nuevas técnicas de producir memorias en los niños…, pero proponer que aprenderán algo sin memoria creo que es no pensar.

Como los pacientes del Dr. Sacks, que sustituyen la memoria de una sensación (la visión de las letras) por el movimiento de la mano en el aire dibujando esas letras (una memoria motora) y así reconocen y “leen” la palabra que tienen enfrente.

Es en áreas laterales del lóbulo occipital del cerebro, el área visual, y en el área ínfero-temporal o área de la palabra visual, donde tenemos las neuronas y las redes neurales que nos permiten leer y escribir, asociadas, por supuesto, a áreas motoras para la escritura , y también para la lectura. Recordemos que fue en la Edad Media cuando aprendimos a leer en silencio. Antes de ese tiempo se leía siempre en voz alta, ayudado por memorias motoras de la lengua, la boca y la faringe. ( a propósito, todavía muchos de mis estudiantes no saben leer “con la vista”, especialmente en los exámenes y ¡ algunos de verdad no pueden!).

Pero, ¿Por qué tiene que presentar el cerebro áreas para aprender a leer y a escribir, si la escritura tiene solo 10,000 años y nuestro cerebro se formó hace un millón de años y hace unos cien mil años el habla? Sacks llama a este el “dilema de Wallace”, ya que fue planteado por vez primera por Alfred Russel Wallace, el codescubridor con Charles Darwin de la selección natural en la evolución.

Estudios citados por Sacks y citas del excelente trabajo de Stanilas Dehaene “Reading in the brain” (2009, Viking Press) muestran que nuestras neuronas inferotemporales presentan activación preferencial por ciertas formas y Dahiene escribe: “la forma de las letras no es una selección cultural arbitraria. Nuestro cerebro de primate solo acepta un grupo limitado de formas escritas”.

Otros estudios señalan que el análisis de todas las lenguas escritas muestra similitudes topológicas (de forma), aunque no geométricas y se han encontrado además formas topológicas invariantes en la naturaleza.

Nuestro cerebro evolucionó para reconocer estas formas en nuestro ambiente y de esas formas y con el mismo aparato neural inventamos la escritura y la lectura. Como dice Sacks “somos alfabetizables no por virtud de intervención divina, sino a través de una invención cultural que hace un brillante y creativo uso distinto de una estructura neural pre-existente”. No se construye nada, ya todo estaba ahí.

Aunque es relativamente común la alexia sine agrafia, son muy raros los casos de agrafias sine alexia, por lo que es posible la existencia de dos mecanismos distintos aunque muy interconectados para la escritura y la lectura, las bases para la expresión plena de cualquier lengua en nuestros días.

Aunque como siempre, seguimos leyendo en la prensa de libros extranjeros, de compras de libros sin concursos, de cambios de curricula sin discusiones. Nuestro Putumayo de siempre, la región de donde Rogert Casement, el soñador celta de la última novela de Vargas Llosa (El sueño del celta, 2010, Alfaguara) dice: “un piélago de intrigas, falsos rumores, mentiras flagrantes o esquinadas…un mundo donde nadie decía la verdad…porque las gentes vivían dentro de un sistema en el que ya era prácticamente imposible distinguir lo falso de lo cierto.”

El aprender a bien leer y escribir en nuestra lengua no es un juego, ni una discusión política, ni un asunto del Putumayo de un Ministro y una comisión. Es algo muy serio. Seamos serios, de ahí dependerá todo lo demás.