J.R.Albaine Pons, Acento.com.do, 28/ 7 / 17
La Royal Society de Inglaterra acaba de presentar el resultado de una
encuesta a 1, 309 personas acerca del libro de ciencia que consideran más
importante que hayan leído en su vida. Esta vez se hace en la celebración de
los 30 años que la RS ha venido realizando el Premio al Libro de Ciencia de la
Royal Society. En la mayoría de las veces la elección se ha realizado entre El
Origen de las Especies de Charles Darwin y el Principio Mathematica de Isaac
Newton.
Para este año se preseleccionaron once libros entre los cuales deberían
escoger los encuestados, aunque también tenían la opción de introducir otro
autor o libro que prefiriesen y no estuviera en la lista.
El libro ganador de este año lo fue El Gen Egoísta, publicado en 1976 por
Richard Dawkins. Según la información de la RS “los participantes llamaron a
“The Selfish Gen” una “obra maestra” y a Dawkins un “excelente comunicador”,
con muchos de ellos comentando como el libro les cambió sus perspectivas acerca
del mundo y de la manera como fueron entrenados a ver la ciencia”.
Darwin terminó en un tercer lugar. Los once libros fueron seleccionados por
el director de la biblioteca de la Royal Society. Entre los once estaban los
muy conocidos “A Brief History of Time” por Stephen Hawking (1988), “La Vida
Inmortal de Henrietta Lacks” por Rebeca Skloot (2010, que informa sobre las
células cancerosas de donde se han reproducido todas las células que se emplean
en los laboratorios en investigaciones sobre el cáncer) y “Primavera
Silenciosa” de Rachel Carlson, de 1962,
el libro que inició, por decirlo de alguna manera, todas las investigaciones
sobre el medio ambiente y nuestro impacto sobre el mismo.
El Gen Egoísta de Dawkins, obtuvo un 18% de los votos, 236 votos a su
favor, con el segundo lugar solo alcanzando 150 votos y Sobre el Origen de las
Especies 118.
Entre los libros incluidos por los votantes tenemos dos de Carl Sagan, uno
de Primo Levi, uno de Oliver Sacks y La estructura de las Revoluciones
Científicas de Thomas Kuhn, el cual obtuvo tres votos.
Keith Moore, el director de la biblioteca de la RS, señaló “Espero que los
escritores de estos libros se sientan algo orgullosos de lo que han logrado. La
literatura sobre la ciencia es rica, vívida y ejemplar, como cualquiera otra
forma de literatura… Espero que personas que piensan que la ciencia no es para
ellos, consigan uno de estos títulos e inicien un nuevo viaje en la cultura”.
(traducción libre).
Claro, estos libros han influido en las carreras de muchas personas y han
llevado hacia el quehacer científico a muchos estudiantes que antes de leerlos
simplemente no conocían ese mundo; aunque también hay que decir que muchas
ideas de grandes y notables personalidades de las ciencias han partido de la
lectura de estos libros, que pudiéramos llamar de alta divulgación
Algunos hablan de la influencia de las ciencias hacia fuera y hacia dentro.
Hacia fuera es, casi, el hecho que hemos venido comentando; hacia dentro es el
impacto en la ciencia que se hace hoy y a los científicos de hoy.
Un trabajo presentado en el 2015 de los 50 principales científicos del
mundo nos muestra los nombres y los campos de investigación donde laboran los
que hacen ciencia día a día y sus producciones van solo al consumo de otros
científicos por medio de congresos internacionales y revistas científicas
profesionales. Los campos con mayor representación son la genética con 7
representantes, la física cuántica con 6, la neurociencia con 5, y la biología
evolutiva con 3. Estos nombres no son tan conocidos, hasta que se les otorga un
gran premio como el Nobel o el Princesa de Asturias, por ejemplo.
Un hecho notable, si me permiten decirlo, es que obteniendo R. Dawkins el
primer lugar en libros de alta divulgación, dos acciones han ocurrido
recientemente, precisamente sobre los temas de Dawkins. Una es que la República
de Turquía ha prohibido recientemente la enseñanza de la Evolución Biológica en
las escuelas, por considerar sus ideas como perniciosas para su juventud y el
otro hecho es que la famosa estación de radio KPFA de la Universidad de Berkeley
en California, Estados Unidos, después de tener por meses el anuncio de una
conferencia-charla con precisamente R. Dawkins, la ha suspendido esta semana
alegando que Dawkins ha utilizado lenguaje de odio contra los musulmanes.
Dawkins, además de un gran científico y divulgador de la ciencia, pertenece
al así llamado “grupo ateísta de Oxford” (su Alma Mater y donde enseño mucho
tiempo), por presentar la concepción de que la Ciencia y la Religión son
mutuamente excluyentes y defiende estas ideas en muchos de los más de una
docena de libros que tiene impresos y en conferencias y discusiones públicas al
respecto. Sus últimos dos libros, sobre su autobiografía y el texto para todo
público del 2011 “The Magic of Reality: How we Know what is ReallyTrue” (Lo
mágico de la realidad y cómo sabemos lo que es realmente verdadero) han
impactado a muchos lectores y puesto a pensar en serio a mucha gente.
Dawkins (y muchas otras personas e instituciones) han reclamado a la
emisora de radio, por no basar en hechos reales la acusación hacia él. Dawkins
se ha defendido diciendo que nunca ha ofendido a los musulmanes, pero si está
en contra del Islám, que no es otra cosa más que una religión, y por ende, una
idea; y al ser una idea sobre el mundo y las personas es legítimo discutirla y
argumentar sobre sus errores. Agrega que ¿por qué se permite que contra el Cristianismo
cualquiera pueda escribir y opinar y contra el Islám nadie puede? Claro, esa
posición de la radioemisora de Berkeley, una estación de radio “progresista”,
hay que verla en el contexto de la actualidad de los Estados Unidos y su nuevo
gobierno.
Bueno, esa es la ciencia de hoy por allá. Por aquí, la ciencia sigue siendo
un sueño, una realidad que avanza demasiado lento y que llega indirectamente a
todos cuando vemos que cortan todos los árboles de un parque porque están
viejos y enfermos y además porque no son endémicos.
Lo primero es que los árboles viejos se cuidan y si enferman hasta se
sanan, hay expertos en eso y lo segundo es que la funcionaria que respondió al
comentario de los periodistas es de apellido Suárez, que no me parece a mí que
sea un apellido endémico; no es apellido Jaragua, Anacaona, Caonabo,
Guacanagarix, no; es apellido Suárez, un apellido antiguo en nuestra isla,
quizás de aquellos españoles que llegaron con la conquista y eliminaron a los
que sí eran endémicos de aquí; que no son los españoles que hoy conviven con
nosotros porque llegaron hace 70, 100 o ciento y pico de años, cuando ya los Suárez
y los que con ellos llegaron habían acabado con todo; de manera que esos
términos de endémicos, invasores y exóticos hay que usarlos con un criterio
mucho más definido y con evaluaciones de expertos y conocedores y no de pura
política (que algunos llaman
politiquería, por cambiar chachases por palmitas, como en la Lincoln, por
ejemplo). ¡Así es que estamos en ciencia aquí!