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Friday, December 1, 2017

PENSAMIENTO CRITICO


ACENTO.COM.DO, 27 de noviembre de 2017. 
De acuerdo a un estudio reciente, 36% de los estudiantes universitarios estadounidenses no mejoran significativamente su pensamiento crítico durante sus 4 años de estudios universitarios (que como se sabe, cuatro años es el tiempo de graduarse de Bachelor, mal traducido como bachiller en español).
“Estos estudiantes tienen problemas para distinguir hechos de opiniones y causa de correlación” dice la profesora de matemática Rebecca Goldin de la George Mason University. Su consejo: “estudien más matemática y ciencias de lo que se les exige y tómenlo en serio”, y agrega: “no puedo pensar un mejor instrumento que el pensar cuantitativo para procesar la información que me llega”.
Y es que esa tercera parte de los estudiantes universitarios estadounidenses de educación superior con problemas de pensamiento crítico no estudian nunca un curso de ciencias.

Una de las cosas que hace esta profesora y su grupo de trabajo (llamémosle así) es ir a la prensa y agencias de prensa y ofrecerles talleres de trabajo sobre intervalos de confianza, significación estadística (si algo es estadísticamente significativo o no), valores de p, tipos de error, etc. para el uso de los periodistas, como una manera de hacer llegar estos conceptos al gran público.
Una de las ventajas de un pensar cuantitativo y estadístico es que al hacerlo, antes de llegar a conclusiones, el resultado tendrá un apoyo científico, en vez de usar el estudio para simplemente avanzar agendas.

Si no poseemos la habilidad de procesar información cuantitativa, podemos llegar a conclusiones que en la práctica se basan más en nuestras creencias y nuestros miedos y prejuicios que en la realidad.
Uno de los elementos básicos del pensar crítico es saber posicionar los hechos. Por ej., no sabemos nada sobre feminicidios si solo aportamos un número sin compararlo con lo que ocurre en otros países parecidos cultural y económicamente al nuestro y si no presentamos una serie temporal de su evolución que sea cuantitativamente comparable y si no presentamos su % dentro de la cantidad de los homicidios en general. Y solo si conocemos y comprendemos los indicadores cuantitativos de los feminicidios podemos pensar formas de disminuir su número y lo más importante, si las políticas públicas que empleamos para su disminución o eliminación están teniendo algún efecto.

En los últimos años, con la facilidad de la Internet y la apertura de información, es que los dominicanos nos hemos enterado de los lugares que ocupamos en listas de fenómenos mundiales y en muchos indicadores, como son el nivel educativo, aspectos de salud pública, de seguridad ciudadana y de violencia social, para solo mencionar los más visibles. La esencia de estos conocimientos es que los “comparamos” con realidades de otros países. La “comparación” estadística de una manipulación específica de un grupo de sujetos o cosas con un grupo testigo o control no-manipulado es la esencia de lo que hace un científico y lo que le otorga un nivel estadísticamente cierto de conocimiento de un hecho o una relación.
Pretender que se llegue a un pensar crítico analizando historias o narrativas sin cuantificación es una de las formas de pensar que más nos llevaron al error y a la confusión de lo que es y de lo que no es cierto en las relaciones de este mundo tan interrelacionado.

Proponer hacer transformaciones en nuestro sistema educativo y formación profesional, por ejemplo, en los profesores, estudiantes, tipos de posgrado, carreras ofertadas, procesos administrativos, servicios de extensión, investigaciones publicadas, etc., sin tener claro el proceso de cuantificación y sus valores estadísticos dentro de esos cambios, no son más que buenos deseos y consensos sobre prejuicios que una y otra vez nos han llevado, y seguirán llevándonos, al fracaso en la consecución de políticas públicas y del mejoramiento de la vida ciudadana.
Es como decir ¡si no cuantificamos, no pensamos!, a lo más repetimos narrativas sin nada que ver con la realidad, con nuestra única y particular realidad