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Tuesday, April 30, 2024

EL MITO NEURAL

 

Neuro, hoy día, no es solo un cliché o un meme exitoso. Es una palabra que compite con las “bendiciones” que parecen haber sustituido los buenos días, buenas noches, hasta luego, buen viaje y adiós (esta última sería casi un sinónimo, ¿no?). Palabras en boga que nos asaltan por los cuatro costados de la rosa de los vientos.

Y es curioso. Una de estas palabras indica fanatismo religioso y la otra su gran opuesto, la ciencia de aparente punta en nuestra hoy civilización casi ilustrada.

En nuestro medio solo nos falta el Partido Neurodemocrático Dominicano.  ¡Todo es neuro!

Hasta neuroestética leí hace poco.

Ya la neuropolítica, neuroeducación, neurorecuperación, neuropublicidad y hasta neurocelos son tan comunes que se escuchan hasta en cualquier colmadón de barrio vulnerable de algunas de nuestras supuestas neurometrópolis.

Se pudiera así pensar que nuestros cerebros, y cualquier cerebro, es un órgano tan conocido y comprendido que ya sus múltiples complejidades son parte de una IA que muchos neuroilusos apuestan a que piensa.

Pero resulta que la realidad al respecto no pasa de un invento social, propagandístico y periodístico que ofrece (igual que las bendiciones) una apariencia de conocedor (y buen cristiano) de algo que aún nadie entiende.

Y no es solo un problema del complejísimo cerebro humano, no sabemos siquiera como funciona el cerebro de un mosquito, ni siquiera el de un mime, esa “mosca de la fruta” (tan, pero tan estudiada por las neurociencias) que revolotea alrededor de nuestros guineos y mangos.

Miren un ejemplo: los crustáceos (cangrejos, camarones, langostas) tienen un sistema digestivo con un ganglio (conjunto de neuronas o células nerviosas) motor que hace mover parte de sus estómagos para triturar sus alimentos. Un grupo, muy distinguido, de científicos llevan unos 12 años estudiando cómo funciona ese ganglio y como da instrucciones precisas a la musculatura estomacal sobre la cantidad de presión o fuerza que debe usar para distintos alimentos. ¡Ya hasta ellos mismos se ríen cuando van a congresos profesionales de neurociencias a decir que cada vez entienden menos ese ganglio!

Pero bien, ya en esta tercera década de nuestro casi nuevo siglo es mucho lo que sabemos

de como funcionan las diversas células, hormonas, sustancias químicas de esa asombrosa área especial de nuestros cuerpos que tan celosamente guardamos en nuestras cabezas. Si, sabemos mucho, mucho mas que hace cincuenta o cien años y aun así nada entendemos.

Recientemente leí en un periódico local importante un escrito sobre neurociencias y justicia, pero solo se enfocó en los aspectos de los detenidos o internos (como se usa ahora). Olvidó, o no tuvo espacio, para comentar los muchos estudios e investigaciones sobre los jueces, fiscales, abogados muy interesantes que se han publicado. Por ejemplo, estudios que señalan que un Sr. Juez que no ha almorzado pronuncia sentencias mas severas que uno que haya comido y reposado su digestión y cuando lei de esos estudios solo pensé en esos juicios maratónicos que hacemos aquí y que a veces hasta de madrugada terminan.

Es verdad que lo que la humanidad pensó por siglos sobre nuestros cerebros ya ha sido ampliamente superado y que hoy sabemos y entendemos muchísimas mas cosas sobre su funcionamiento, aunque aún sigamos diciendo te quiero con todo mi corazón.

Ojalá lo neuro siga de moda, de buena moda y sepamos mas y mas cosas de esa maravilla de la naturaleza, nuestros cerebros, que, aunque los ecologistas no lo defienden es más importante (y mucho mas complicado) que todo lo que nos rodea, ya que su principal función es mantenernos vivos, a nosotros, en hoy nuestro muy complicado entorno.

 

 

 

Sunday, January 21, 2024

2024- EL AÑO DE LOS DINOSAURIOS

 

Sin discusión alguna el 2024 puede ser nombrado el año de muchas cosas. El año de las guerras, el de las elecciones, el de las reelecciones, el año de Lenin – a 100 años de su muerte un 21 de enero, nuestro Día de la Altagracia, de1924-, pero para mí es el año de los dinosaurios.

Vamos a ver esa palabra y sus significados. El mundo estaba casi tranquilo en los 1800. Aún había asombro de los extraños organismos descubiertos para Europa desde las nuevas tierras que pisaban, los continentes América y gran parte de Africa y del sudeste asiático, pero nada cambiaba en sus ideas, los nuevos animales y plantas encontrados eran los creados por nuestro Señor bíblico en sus -suponemos- afanosos seis días de creación.

Pero hace hoy 200 años se encontró algo que no cuadraba y por supuesto, se encontró en Inglaterra, esa isla tan sui-generis en el Atlántico europeo que uno de nuestros políticos-escritores llamó a su gente La Raza Inglesa (claro, copiando como siempre, en este caso a Cecil Rhodes, político británico gobernador de Sudáfrica, quien a finales del siglo XIX llamo a ese pueblo La Raza Británica).

Enormes huesos fosilizados aparecieron en los años 1600, en minas abiertas de pizarra, en el condado inglés de Oxfordshire, donde tenemos hoy y entonces a Oxford y su famosa universidad, fundada en el año 1096. Primero se pensó que eran huesos de humanos gigantescos, o de elefantes llevados por los romanos cuando su gran imperio, sin dejar de decir que también se pensó en monstruos del Averno y cíclopes ya desaparecidos.

Se pensó en cualquier cosa, menos seres que vivieron 165 millones de años sobre el planeta (los humanos solo tenemos 300,000 años) y que desaparecieron hace 66 millones de años.

Seres vivos, reales, que nacieron, crecieron, se reprodujeron por huevos, se hicieron depredadores carnívoros, herbívoros, terrestres, acuáticos y hasta voladores. Desaparecieron, pero parte de ellos evolucionó y son hoy las mas de 10 mil especies de aves que habitan nuestro planeta. Curioso, los que evolucionaron hacia las aves son los del grupo del primero que se nombró.

Fue en 1824, hace doscientos años, que William Buckland, primer profesor de geología de la universidad de Oxford describió y nombro científicamente el primer fósil de tamaño gigantesco. Un fémur (mayor hueso del cuerpo de los mamíferos terrestres) de 2 pies y 9 pulgadas de largo y casi 10 pulgadas de circunferencia, proponiendo luego de estudiar una mandíbula inferior con dientes y otros huesos que era un carnívoro de unos de 12 metros de largo. Lo nombró Megalosaurus, hoy Megalosaurus bucklandii del grupo de los lagartos y cocodrilos. George Cuvier, el sabio francés creador de la paleontología lo había visitado y visto el ejemplar y le insistía que lo publicase.

Mas tarde se descubrieron otros grandes huesos de otros ejemplares parecidos y fue en 1842 que Richard Owen, biólogo y paleontólogo inglés, creador del Museo de Historia Natural Británico, ideó la palabra DINOSAURIO -lagarto terrible- para estos animales prehistóricos.

Ante una Europa y una ciencia que no había comprendido como había aparecido y desaparecido todo esto y en contraposición a los 6 días de Creación Universal y al Arca de Noe, los dinosaurios siguieron, con todo y la Teoría de la Evolución de Darwin en el 1859, bajo una sombra discreta, a pesar de que se descubrían más y más fósiles de estos animales “antediluvianos”.

Hoy se conocen unas mil especies, con varias nuevas describiéndose cada año; se considera que faltan muchas por descubrir.

Ya tenemos una sólida teoría sobre su biología y su desaparición (que concedió un premio Nobel de Física a un latinoamericano) y desde 1993, con una película muy premiada que se inicia en una mina de ámbar en nuestra Puerto Plata de Republica Dominicana seguida de un derroche de artefactos, libros, juguetes y por supuesto, artículos científicos, hoy día, difícilmente alguien no sepa lo que es un dinosaurio.

Dinosaurio ha devenido en un meme triunfante y (como todos) cambiante. Hoy no es solo el fósil y los museos, sino también lo antiguo, en desuso, la reliquia, lo brumoso, el retroceso. Y aquí, en nuestra R.D. un neo-dinosaurio pretende ser de nuevo presidente de la Republica. No se si porque la moda de los últimos 30 años se inició en Puerto Plata y entonces parecería congruente o es porque ya lo sabe todo un mundo, que los dominicanos vivimos inventando de lo que sabemos y de lo que no sabemos, desde Cleopatra y Anacaona hasta un vecino llamado Tití y claro lo que no inventamos pues lo copiamos, salga pato o gallareta ¡qué le vamos a hacer!

 No podemos dejar de decir que, en Inglaterra, sí, esa misma, este mes y febrero se celebran conferencias y charlas tanto en su Museo de Historia Natural como en sus sociedades científicas dedicadas a estos animales tan asombrosos y que tanto nos dicen sobre nuestro planeta y hasta de nuestro hoy.

 

Sunday, November 27, 2022

PARADIGMAS?

Publicado en Acento.com.do, noviembre 28, 2022

Esa palabra, “paradigma”, fue usada en los años 60 por un físico-historiador-filósofo estadounidense para explicar cómo avanzaba la ciencia. Una genial metáfora - “cambio de paradigma”- para dar a creer (pues su creador no lo definió claramente) que la ciencia cambiaba de un día para otro. De la Física de Newton a la de Einstein, de Einstein al mundo cuántico (dicen sus seguidores) y de una era, un período cualquiera a otro y así con todo y para todas las cosas.

Nada cambia de un día para otro, ¡ni la extinción de los dinosaurios fue de un día para otro!

Pero la metáfora fue y sigue siendo exitosa, la leemos en cada artículo que habla de cambio, la suponemos cada vez que escuchamos la palabra modificación, variación…y por extensión todo de repente se ha vuelto inmediato o no sirve. ¿Por qué? Por la forma de funcionar, de trabajar de nuestros cerebros, de nuestra mente.

Cuando los humanos adquirieron consciencia de sí y supieron que la gente moría, no importa qué, sus cerebros ya estaban preparados, ya habían evolucionado a preocuparse por lo inmediato, lo cercano, lo contiguo. Lo que ocurre ahora, ya, en un instante de su vida, y que eso era y es lo importante.

Tenemos también otros mecanismos neurales, muy desarrollados en los humanos, que también se ocupan por el futuro, pero son lentos, no son tan importantes. El futuro era (y es) demasiado imprevisible.

Así, la idea de un “cambio de paradigma”, rápido, en poco tiempo, es fácil a nuestros cerebros. El futuro sin embargo hay que estudiarlo, hay que desarrollar distintos modelos de futuros y evaluar sus posibilidades reales y sus consecuencias y todavía lo hacemos entre mal y regular, a pesar de todos nuestros avances tecnológicos.

Por eso esa metáfora – el cambio de paradigma- prendió entre sabios y muchísimos no tan sabios, todos olvidaron que llevó años convencer a los cirujanos de lo bueno de la anestesia y que a Lister, ese genio inglés de la cirugía, le tomó 40 años convencer a sus colegas de que eliminando los gérmenes las operaciones eran mas exitosas, implantando la asepsia en lo quirúrgico que hoy vemos tan normal ( y que la marca Listerine de enjuague bucal le hace reverencia usando su nombre), para citar dos ejemplos al alcance del gran público.

Solo pensamos para los instantes del presente y tomamos decisiones- buenas, regulares y malas- para ese presente.

Por eso lo catastrófico tanto nos atrae, nos habla de casos actuales y la propaganda pronto descubrió eso y también la política; la planeación, la visión de progreso y de futuro no nos es tan atractiva y hasta se considera una casualidad que acertemos con ella. No es que las nuevas generaciones tengan otros valores, simplemente exponen el funcionamiento crudo de nuestros cerebros: ¡me interesa lo de ahora, lo ya! Obviamente, no ha habido- y parece que en nuestro país de manera particular- la educación e instrucciones necesarias para aprender a pensar en futuros.

El problema de las metáforas es que con ellas vemos muchas cosas más claras y simples, pero al mismo tiempo nos atrapan en sus límites y no nos invitan a buscar más allá de ellos. Es como cuando un médico americano, en 1967, definió a una nueva atención clínica como biopsicosocial, refiriéndose a los servicios médicos que se deberían tener con los enfermos en hospitales al comprender el entorno de dónde venía dicho paciente y que se convirtió con el tiempo en una definición de lo que es ser humanos, es una gran idea simple para muchos que usaron y aún emplean esta metáfora.

La verdad sea dicha, cada vez que veo empleada esa frase (claro, como definición de humanos) yo pienso en las cebras, que son tan biopsicosociales como nosotros y tantos otros animales.

Quizás el límite de las metáforas es inherente a la constitución de nuestros cerebros, hechos para pasar nuestros genes hoy a otra generación, y muy pocos piensan cómo esa nueva generación pasará a su vez los suyos.

Las metáforas son simplicidades y no pasos hacia parte alguna. Nos contentan y nos hacen creer que pensamos y que algo hacemos. Los “cambios de paradigma” son una metáfora mas ¡y nada más!

 

Thursday, August 4, 2022

AHH…LOS CNIDARIOS (INTENTO DE “BIOLOGIA COMPARADA”)

 

 J.R. Albaine Pons , agosto 4 del 2022. Publicado por Acento.com.do el 8 de agosto del 2022.

No hay un grupo de biólogos (y quizás de científicos) que discutan entre ellos más que los taxónomos. Estos son los que se ocupan de nombrar a los distintos organismos y colocar en la evolución los distintos grupos de animales, plantas, bacterias, hongos. Les cambian los nombres, discuten quien los encontró y clasificó primero, son un lío.

En textos de zoología, digamos clásicos, encontramos que lo primero que se estudia son los protozoarios, como las amebas y los paramecios, que supongo muchos lectores conocen, son los primeros animales, los mas simples. Otros textos no los tratan, ya que algunos taxónomos los clasifican como un reino aparte, los protistas (los primeros) y ya eso no es zoología.

Después, muchos textos presentan a los poríferos, las esponjas, que por siglos se consideraron plantas y mas tarde dentro de los animales- aunque sean sésiles o fijas al sustrato como los vegetales.

En tercera fila vienen los cnidarios: las hidras, las medusas y los corales. Y ya estos si son, sin discusión nunca, animales. Y curiosamente presentan ciertas características como los humanos, de ahí los intentos de una “biología comparada”.

Y el nombre de cnidarios viene por las células urticantes que presentan, células con especie de flechitas, que se disparan al tacto y descargan un tóxico que pica y hasta en algunas especies, capaz de matar a una persona. Ojo, también son llamados celenterados, porque su cuerpo completo es una especie de funda, de saco, donde cabe todo a lo que le echan mano, digo, sus tentáculos.

Y son un grupo interesante. El primer grupo de depredadores, evolutivamente hablando, entre los animales. Se alimentan de presas que atrapan en sus tentáculos y matan con su veneno.

Pero además tienen otra gran característica. Presentan alternancia de generaciones o metagénesis, y esto significa que una generación sexuada producirá hijos que se reproducirán asexualmente. Y en muchas especies la ciencia solo conoce una de las generaciones y la otra bien escondida andará por los fondos marinos, algunos son solitarios, come-solos diríamos, y otros forman colonias, un gran grupo de individuos comportándose como un único organismo.

Ejemplo claro de lo anterior son nuestras agua-vivas o agua-malas- que ahora en agosto y septiembre veremos en nuestras playas. Pertenecen al grupo de las hidras, es una colonia que lo que vemos -moradita ella- es su individuo flotador sobre la superficie del agua. Por su color morado llamada también el marino portugués (portuguese man of water, también fragata portuguesa) y que los zoólogos llaman Physalia physalis. Sus tentáculos a veces de metros de longitud son difíciles de ver debajo del agua. Están llenos de células urticantes y otras células (digestivas, reproductoras, etc) atrapan a sus presas y las urticantes disparan su arponcito lleno de toxinas, que se consideran parecidas a los de venenos de serpientes.

El segundo grupo de cnidarios son las medusas. Son las más peligrosas. Parecen sombrillas suspendidas en el agua y las hay de muy distintos tamaños. Tienen un veneno fuerte, no emparentado con los del agua-viva y mucho más tóxico. A veces aparecen en grupos de muchos individuos. Entre éstas está casi la mayoría que no se les conoce su fase pólipo o asexuada, pues bien sexuadas si son. Aunque lo disimulan bastante son activas nadadoras, y uno las ve y se cree que son simplemente arrastradas por la corriente.

Por último, tenemos a los corales y las anémonas o flores de mar. Sabios los corales, con un fuerte exoesqueleto, por fuera-externo-, que los protege de muchos enemigos. Se unen en grandes grupos formando las barreras o rompeolas y los sólidos arrecifes costeros. Las anémonas en cambio son de vida libre. Ambos se reproducen sexual y asexualmente y son, diríamos, los menos conocidos en su biología interna, en especial los corales. Eso sí, recientemente en Inglaterra se ha descubierto un fósil antiquísimo, bautizado como Auroralumina attenborougii, del grupo de los corales, con su exoesqueleto, que se reconoce como de 560 millones de años de antigüedad, 20 mas que lo que se supone fue el origen de las medusas…en la llamada explosión Cámbrica, y esta noticia salió hasta en nuestros diarios nacionales, con el título de “primer animal depredador”. ¿estamos en progreso científico o las medusas y corales están de moda?

Por lo visto los cnidarios o celenterados son peligrosos, pican fuerte y hasta matan, esconden bien sus ciclos de vida y son muy muy antiguos, o sea, han aguantado de todo, por lo que seguro son también bien mañosos. Hay que cuidarse de ellos.

Hasta aquí mi clase de zoología de hoy. Quizás en un futuro no lejano dediquemos otra clase a los pulpos, que para adelantarles algo les diré que son de los seres mas inteligentes del mal, digo, del mar.


Monday, June 6, 2022

E.O. WILSON, IN MEMORIAM

 

PUBLICADO EN ACENTO.COM.DO, 6/6/22


VIDA INTELIGENTE

E. O. Wilson, In Memoriam

Recibió en vida cientos de reconocimientos y fue un científico humanista a carta cabal. Fue un personaje grandioso y un biólogo hasta el final. Una persona sencilla, amable, agradable, de hablar pausado y con una sonrisa constante.


Tengo varios escritos pendientes, y este 2022 he aportado poco a Acento y a mi blog, “El regalo de Dolly”, donde desde hace varios años coloco la mayoría de mis artículos para luego discutirlos con mis estudiantes.

Y es que la guerra de Europa me desarticuló.

Como muchos de mis lectores saben, mi Ph.D. en ciencias biológicas lo obtuve en la Universidad Estatal de Kiev, y ver los edificios de dormitorios estudiantiles donde viví por casi cinco años bombardeados y semidestruidos por las tropas rusas me llenó de espanto e infinita tristeza e indignación.

Pero hay que seguir haciendo lo que uno cree que debe hacer. Aunque este trabajo tenga para mí un sabor agridulce.

Por un lado, siento una gran satisfacción de que mi blog sea por dos años consecutivos el número uno entre los blogs de salud de la República Dominicana (un total de 43 blogs en salud) y saber que lo leen, y aparentemente lo usan en clases, en otros países, hace sentirse bien.

Por otro lado, está la noticia del fallecimiento de uno de los más grandes biólogos del siglo XX y lo que va del XXI.

E. O. Wilson
E. O. Wilson

Edward Osborne Wilson, el gran E.O., por sus iniciales, falleció el 26 de diciembre del 2021. Pensaba que, por sus visitas al país, su interacción con varias de nuestras instituciones (aportó con su grupo de Harvard, microscopios y programas de cómputo para microfotografías) y haber recibido una medalla por nuestro presidente Mejía, alguna noticia pública saldría aquí, pero si salió, no la vi.

Ahora leo la revista Skeptical Inquirer de mayo-junio del presente 2022 y encuentro un artículo sobre él de su editor en jefe K. Fracier, quien se lamenta de no haberlo conocido y tres escritos invitados de Richard Dawkins, Sean B. Carroll y Steven Pinker, quienes, creo, no necesitan presentación. Estos últimos comentan sobre su interacción con E.O. Wilson, su admiración y respeto por él y algunas anécdotas.

En su infancia E.O. Wilson perdió un ojo en un accidente de pesca y además tenía una pérdida paulatina congénita de la audición. Le encantaban las aves, pero no podía escuchar bien sus cantos y se dedicó a estudiar hormigas y mariposas, convirtiéndose en un experto mundial en estos insectos.

Publicó cientos de artículos científicos y unos 16 libros, incluyendo “Teoría de la Biogeografía de Islas” (1967), que le otorgó el premio Crafoord, en 1990, de la Academia de Ciencias Suecas para aquellas áreas científicas no incluidas en los premios Nobel. Además, obtuvo dos premios Pulitzer (el único científico con dos), uno por “Sobre la Naturaleza Humana” en 1979 y el otro en 1991 por su masiva obra (732 págs.., casi 6 libras de peso y formato grande de libro de mesa) “Las Hormigas”.

Fundó como disciplina la sociobiología, el estudio de las sociedades animales, con su texto del mismo nombre en 1975, libro furiosamente atacado por biólogos y grupos marxistas de Harvard (su propio lugar de trabajo) y otros círculos científicos e intelectuales, ya que incluyó las sociedades humanas como otro tipo de sociedad animal. Es famosa la historia de la conferencia de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias, en 1978, donde un grupo de contrarios fanatizados interrumpió llamando a Wilson GENOCIDA y uno de ellos arrojó agua de un jarro que estaba sobre la mesa sobre su cabeza.

Recordé ese episodio cuando uno de nuestros actuales funcionarios utilizó esa palabra para referirse a la política dominicana respecto al caso haitiano con las decisiones de nuestras altas cortes, que creo en el 2013. Palabra muy pesada para usarse a la ligera y que requiere de mucho criterio para su empleo. En el caso de Wilson, la mayoría que interrumpió en la conferencia confundía el uso de la palabra gene para expresar que los humanos somos iguales en la constitución genética que el resto de la naturaleza y por ende identifican gran parte de lo que somos, con la palabra genocidio. Espero que no haya sido así, pero es muy parecido, el uso dado a esta palabra por el hoy funcionario.

Wilson se secó la cara, limpió sus espejuelos y presentó a seguidas una extraordinaria conferencia. Y su libro, “Sociobiología”, de varias ediciones, recibió una Edición Especial en su 25 aniversario.

Sus años finales (murió de 92 años) los dedicó a la defensa mundial de la biodiversidad y así las palabras “biofilia” y “consiliencia” deben en gran parte su uso ya común a sus obras.

En “Media Tierra” (2016), su último libro, propone a la humanidad que la mitad del globo terráqueo lo usemos para vivir los humanos y conservemos la otra mitad para la naturaleza. Lo dice claro en la página 211: “No podemos seguir dañando la biosfera” y más adelante: “Nos guste o no, preparados o no, somos la mente y los conductores del mundo de lo vivo”.

Recibió en vida cientos de reconocimientos y fue un científico humanista a carta cabal. Fue un personaje grandioso y un biólogo hasta el final. Una persona sencilla, amable, agradable, de hablar pausado y con una sonrisa constante.

Sip, debemos todos estar agradecidos por su ejemplo, por su vida, por sus aportes a la ciencia, por sus estudios y los de su grupo en República Dominicana. Muchos lo consideraron y consideran el Darwin del siglo XX.

Cuando actué como su traductor en el Palacio Nacional el día que recibió la medalla impuesta por nuestro gobierno, el Sr. presidente, con su muy particular sentido del humor, me dijo: “Albaine, dile al americano que aquí tenemos unas mujercitas con cocomordán, que suenan chua-chua cuando lo hacen”. Wilson, que prestaba atención al presidente, me dijo: “¿El presidente habla de aves que hacen chua chua?”. Le respondí: “Eso mismo, él es un amante del campo y de las aves”. Creo que logré salvarnos de que alguna hormiga dominicana recibiera como nombre científico “Camponotus cocomordanus” de las 268 especies de hormigas que hasta hoy se conocen aquí, según la Academia de Ciencias de California. ¡Y me alegro por eso!

Tuesday, March 15, 2022

EDITORIAL DE ACENTO.COM.DO

 

RUSIA Y UCRANIA

Una buena idea para traer profesores rusos y ucranianos

Profesores rusos y ucranianos "son personas con mucha facilidad para idiomas, hablan todos dos y tres, y en cursos acelerados de español en ALGUNAS de nuestras universidades en seis meses ya estarían dando sus clases".

Por ACENTO.COM.DO 

Maestros, deportistas, científicos ucranianos se han tenido que integrar a la guerra

A través de Acento, el medio en que escribe desde hace varios años, el doctor José Ramón Albaine Pons, prestigioso académico y maestro de generaciones, llama la atención de las autoridades sobre una posibilidad que bien podría beneficiar a la República Dominicana, en medio de la tragedia en que se encuentran los científicos y profesionales acreditados de Rusia y Ucrania.

Albaine Pons es doctor en Ciencias Biológicas ( Ph.D.), con especialidad en Fisiología Animal y Humana; con interés primario en Fisiología de la Conducta y Teoría de la Evolución. Graduado en una de las más prestigiosas universidades de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Es profesor emérito de la Facultad de Ciencias y de Ciencias de la Salud, UASD.

La recomendación del doctor Albaine Pons es la siguiente:

El siguiente mensaje te lo escribo por si piensas que puede ser una noticia o una propuesta o una simple idea a considerar de Acento. 

Miles de técnicos, científicos y profesores universitarios están huyendo de Rusia y de Ucrania. Más de 6,700 profesores universitarios firmaron una carta contra la invasión rusa. Si ganan los rusos tendrán que irse, si pierden los rusos no tendrán trabajo por 5 años en lo que se reconstruye todo.

¿No debería el Gobierno Dominicano PENSAR y ofrecerles un lugar de exilio aquí en República Dominicana? No nos fue mal con los judíos en Sosua, con los republicanos españoles de la guerra civil, ni con los árabes huyendo de la Primera Guerra Mundial y el Imperio Otomano y ni con los japoneses que trajo Trujillo y nos enseñaron a comer y sembrar verduras.

Ya USA, Canada, Inglaterra , México, están contratando a los tope del tope, por SUPUESTO; pero pudiéramos conseguir profesores universitarios de muy alto nivel para nuestras universidades todas, y NUESTRO Sistema educativo. Y en muchos campos.

Abrir la Puerta a los exiliados que quisieren venir, y NUESTROS cónsules y embajadores invitar de manera especial a esos altos talentos que están abandonando esos dos países… son personas con mucha facilidad para idiomas, hablan todos dos y tres, y en cursos acelerados de español en ALGUNAS de nuestras universidades en seis meses ya estarían dando sus clases.

En 1991, con el desmembramiento de la URSS muchísimos países se beneficiaron de sus altos técnicos y nosotros aquí en Belen con los pastores.

Necesitamos matemáticos, cibernéticos, físicos, biólogos, FILOSOFOS, lingüistas, antropólogos, sociólogos, gente que maneje virus, necesitamos mucha gente preparada, altamente preparada y ahora hay una apertura en el mundo que nos conviene. Dejemos de llorar a los turistas rusos y ucranianos, que no vendrán en mucho tiempo y pensemos en esos rusos y ucranianos que sí PUEDEN venir. Si conseguimos 100, estaríamos ganando un mundo, si traemos 300 cambiamos la educacion superior DOMINICANA y hasta quizás la preuniversitaria también!

Una buena idea para reforzar nuestra educación.

Nuestro deseo es que se estudie esa posibilidad. Y si se le encuentra posibilidad que se ponga en marcha.


Sunday, December 19, 2021

POR FIN, LAS PROTEINAS

 publicado en Acento.com.do, 20 de dic. del 2021


En nuestra Republica Dominicana cuando un nuevo partido político llega al poder, los amigos de los militantes de ese partido – entre sonrisas maliciosas- se cuentan unos a otros, “por fin, fulano comerá con grasa”.

Es nuestra mala escuela y pésima educación, por supuesto. Deberían decir, “por fin comerá proteínas”, pues son estas las que constituyen la estructura de nuestro cuerpo, nuestros tejidos, nuestras células y hasta nuestra mente.

Dos gigantes de la Biología del siglo XX, como lo son (aún viven, aunque ya están viejitos) James Watson, el codescubridor de la estructura del ADN y coganador del Nobel de Medicina por ello en 1962 y Edward O. Wilson, el gran mirmecólogo (zoólogo especialista en hormigas), con dos premios Pulitzer y reconocido ecólogo y ecologista de nivel mundial ( hasta aquí en R.D. el Presidente le dio una Orden de algo) parecería por lo que dicen uno del otro-Wilson: “ Watson es el Calígula de la Biología” y Watson: “Los sistemáticos ( y naturalistas) no son mas que coleccionistas de sellos”- que son enemigos a muerte. Pero no lo son: el trabajo de ambos, gigantescos trabajos, debiera decirse, se complementan como anillo y dedo. ¡Hoy día no se reconoce una nueva especie de ser viviente hasta no comprobarse que su ADN es distinto a todos los demás!

Y aunque el que ha visitado nuestro país y ha sido condecorado por nuestro gobierno es E. O. Wilson, hablaremos en este escrito, y si me han seguido leyendo hasta aquí, de J. Watson.

El gran James Watson, un personaje pintoresco y controversial, pero el premio Nobel no se quita. Insiste en que sí, que hay razas humanas distintas, biológicamente diferentes y por supuesto lo han expulsado de todos los trabajos y le han retirado varios Doctorados Honoris Causa y no se cansan de decirle que las Naciones Unidas declaró en 1947 (creo fue ese año) que las razas son una ideación cultural y no biológica y él no se cansa de responder, que quien sabe de genética es él y no las Naciones Unidas. Bueno, pero él fue de los descubridores del ADN y hoy casi todo el mundo sabe lo que es eso, por las pruebas que nos hacemos para saber si tenemos la COVID- la mortal para muchos pandemia- que tiene al mundo hoy día de cabeza y que hoy nos preocupa a todos, ¡pues nadie sabe si es de las personas que morirían si los atrapa la COVID!

Pero si preguntamos ¿y qué es lo que hace el ADN?, quizás no tantas personas sepan responder a esa pregunta.

De manera general pudiéramos decir que el ADN es el código para que todas las células de este planeta (y las bacterias también) puedan sintetizar proteínas. Eso, proteínas que a su vez son los sitios activos de todas las membranas celulares e intercelulares, los “ladrillos” de construcción de todo lo vivo, y además son enzimas y muchas también hormonas y neurotransmisores- los que llevan información de una célula nerviosa a otra- en nuestros cerebros y en los cerebros y sistemas nerviosos de todos los animales conocidos. Las proteínas están construidas de unas moléculas llamadas aminoácidos, de las cuales hay 20 y 10 de ellas son llamadas esenciales, porque no podemos construirlas, debemos buscarlas en nuestra dieta.

Los humanos, y muchos otros animales, somos omnívoros, esto es, nos alimentamos de carne y de plantas y esto se reduce a tres grandes grupos de compuestos: azúcares, de donde producimos energía instantánea, grasas, que se guardan para cuando haga falta energía y de proteínas, las cuales descomponemos en sus aminoácidos para que así nuestras células puedan hacer las proteínas que nos forman, a cada uno de nosotros, a cada animal, a cada individuo, siguiendo las instrucciones de nuestros ADN.

Ya creemos tener muchos saberes de los azúcares y grasas de nuestro cuerpo. Y hasta mucho sabemos del ADN, en especial después que un microbiólogo español, Francisco Juan Martínez  Mojica -le dicen Francis Mojica-, investigador de bacterias en las lagunas saladas que se forman a orillas de muchos mares, descubriera el mecanismo de bacterias para cortar y eliminar trozos de ADN de virus u otras bacterias que las invadieron, que llamó con el acrónimo CRISPR, y de aquí surgió la técnica de manipulación de ADN con precisión en cualquier organismo, las ya famosas “tijeras genéticas” que cortan y pegan pedazos de ADN según nos interese. Y otorgó premio Nobel en Química a dos investigadoras, una americana y otra francesa que hicieron la tijera final, la CRISPR-Cas9, en el 2020. Muchos pensaron que fue injusto, o un desliz, que la Academia Sueca dejara al español fuera del premio, ya que fue éste quien por años investigó las bacterias de marismas y quien encontró el mecanismo. Nada, que parece que España sigue  considerada la cola de Europa; aunque los ingleses, ah los anglosajones de siempre, con tanta experiencia acumulada en diplomacia se lo hicieron saber a la Academia Sueca, pues luego de nunca colocar un artículo científico español en la portada de su revista Nature, la principal y más antigua revista científica del mundo, en este 2021 ha colocado nada menos que tres y si eso no es una fina y educada protesta de su error, no se me ocurre una mejor.

Y así volvemos a las proteínas, que son los productos de las funciones del ADN, el dolor de cabeza por años de la biología, pues era muy difícil conocer su forma final o como dicen los bioquímicos la estructura terciaria de ellas; el método más usado era la difracción de rayos x ( técnica con la que se descubrió la forma exacta del propio ADN), solo que se utilizan los rayos x en proteínas cristalizadas por congelación y se obtenían variadas formas según cristalizara y no había seguridad de cuál de ellas era la funcional.

Y apareció la Inteligencia Artificial, y con su programa de “Deep Learning” o Aprendizaje Profundo, y en especial el código AlfaFold, que ya había derrotado al campeón mundial del juego GO, juego de tablero chino de dos participantes ( y de paso, haciendo famoso este juego de estrategias), una compañía de Google, y resolvió el enigma logrando resultados rápidos y sorprendentes, con casi una eficacia de 90%, disolviendo un problema que desde los años 50 del pasado siglo no había encontrado solución.

Ya se está usando en múltiples áreas de las ciencias, incluyendo las proteínas de las espigas del virus de la COVID, problemas de climatología, en matemática y múltiples vías en medicina. Ya sabemos, por fin, exactamente como fabricar un compuesto químico o un medicamento para que active o desactive una proteína, sabemos como son las proteínas. Considerado por la revista Science uno de los 10 grandes descubrimientos del presente año 2021, y sin lugar a duda el más importante desde que se descubrió la estructura del ADN en 1953 para las ciencias biológicas, uno se queda pensando… y ahora, ¿le darán un Nobel a una compañía por acciones de las redes sociales?