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Monday, November 12, 2012

El saber, el pensar y la burbuja


Acento.com.do/ noviembre 8-2012

-No se profe. -¿Qué Usted no sabe  lo que es un chimpancé? – No profe.

-Pero ni en películas, ni en muñequitos, ni en anuncios, ¿ni a nuestro zoológico ha ido Ud. nunca?- No profe. Es que déjeme explicarle: yo estudio y trabajo.
-Ajá
-Sí. Salgo por la mañana de mi casa a las cinco y media de la madrugada y vengo a la universidad y trabajo en una banca de apuestas de 2 a 10 de la noche. Llego a mi casa a las 11:30. Todos los días, hasta los sábados.

-Pero supongo que antes de Ud. trabajar hizo el bachillerato, veía televisión, leía algunas revistas. En algún lugar debió Ud. ver una foto, un dibujo, de un chimpancé. Hasta en los anuncios, a veces colocan monos. –Ah profe. ¿Y es un mono?

 Es mi alumna de quinto semestre de Psicología, donde, teóricamente, en varias asignaturas que ya cursó y aprobó recibió instrucción sobre experimentos y conducta animal y evolución, con su ejemplo ya clásico del ADN humano y del chimpancé.

Nada. Como si un chimpancé fuese un gusano diciémido parásito de la vejiga urinaria de un calamar.

 Pero bien, una televisora privada dominicana anuncia que sus transmisiones llegan hasta las ciudades: New York, Boston, Miami, Madrid, Alemania e Italia. No es solo en zoología que estamos flojos, la geografía no le queda muy lejos.

¿Y en literatura?....bueno. Cuando nuestro pasado presidente estuvo en una muy publicitada visita a Davos en Suiza, pensé que traería de regalo a amigos y relacionados ejemplares de la “La Montaña Mágica” de Thomas Mann, novela que Vargas Llosa ha dicho recientemente que está releyendo por ser una verdadera obra de arte; y que como se sabe, trata de un sanatorio en Davos y fue en realidad lo que puso a Davos en el mapa del mundo. Pero parece que ni el expresidente ni sus acompañantes sabían nada de Thomas Mann. También me quede esperando cuándo los opositores del ex-mandatario iban a preguntar si parte de la visita a Davos era a ver el famoso sanatorio para chequearse algún delirio que le pudiese molestar políticamente. Nada, poca gente se ha leído a Thomas Mann y Hans Castorp no existe en nuestro Caribe.

“Yo me considero un hombre bueno. Magdalena no está de acuerdo. Ella me considera un típico hombre dominicano: un “sucio”, un estúpido”; nos relata Junot Díaz en su última producción “This is how you loose her” ( Riverhead Books, 2012), en el capitulo “El sol, la luna y las estrellas”. Y la palabra “sucio” está en español en el original en inglés. No creo que Magdalena piense que no nos bañamos. Más bien me parece que con ese “sucio” quiere decir uno que todo lo acepta, que no sabe de nada, que hace lo que sea, que no discrimina siquiera lo que le conviene o no, que vive de engañar al otro y se cree que nació para siempre estar sacando ventajas y que con ser prosaico ya es inteligente. Y no lo digo yo, lo de “sucio”, lo escribe Junot.

Pienso que quizás los dominicanos somos inocentes, como niños de cualquier kindergarten debajo de una mata de mangos, o será “la mentada” ignorancia pura y simple. Ignorancia vestida de trajes de cachemir inglés con camisas de algodón egipcio de anchos cuellos italianos, rígidas por el almidón de yuca en espray, de doble puño y gemelos de monedas de oro, con corbatas moradas con un nudo Windsor hecho con notable falta de práctica.

“Vivimos en un clima político histérico (por eso lo del sanatorio). Necesitamos de la filosofía con la misma urgencia que la Atenas de Sócrates” dice Martha C. Nussbaum, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012…y necesitamos de las ciencias, me atrevo a agregar yo.

Entonces se queda uno a veces pensando sobre que escribir y creo que la mejor opción es el consejo de Fausto Rosario Adames, de nuestro Acento.com: escribe sobre lo que te de la gana.

Me senté a pensar algo el domingo 22 de julio y al ver la fecha que escribí en la libreta de apuntes, 22-7, me saltó a la mente 22/7, pero eso es Pi, , un número con su propia historia.
Y hoy retorno a Pi

Pi es la relación entre una circunferencia y su diámetro y no se crean que es cualquier cosa, pues Pi si tiene su Historia, y claro, se ha escrito ( Petr Beckmann, History of , Golden Press, 1971; con varias rediciones).

En la escuela nos lo enseñaban como 22/7 o como 3.1416, pero es un número infinito: sus decimales no tienen fin. Computadoras lo han llevado a millones de cifras decimales.

Recuerdo el juego con mi hijo, entonces un niño, a quién recordaba mas cifras de Pi de memoria. Nunca pude más de diez lugares decimales: 3.1415926535. Deberíamos saberlo hasta por lo menos 7 cifras, a ese valor llegaron matemáticos chinos en el siglo V. Y bueno, porque leí que la NASA hace sus cálculos para enviar un cohete al espacio con seis decimales, aunque para mantener la estación orbital funcionando en el espacio usan 16 decimales. Y Pi es una constante que está donde menos lo podemos imaginar.

Quisiera saber a cuantos decimales llevan a Pi para los cálculos que han realizado en el descubrimiento del Bossom de Higgs en julio pasado. No hay ni que decirlo, pero al inicio del año escolar, en septiembre, ninguno de mis estudiantes de medicina o psicología había escuchado o leído nada referente a la palabra Higgs, ni había escuchado o leído sobre el Bossom de Higgs o sobre La partícula de Dios. Y todos los periódicos del mundo se pasaron julio y agosto comentando este descubrimiento. Aquí Boca de Chivo hizo el honor con una caricatura y alguien escribió un pequeño artículo, complejo por cierto, en un matutino.

Pero así vamos.

 Y me llega ahora Pi de nuevo a la mente.

Es que un profesor, Lawrence M. Krauss, físico teórico distinguido, de los pocos de esa especialidad que la revista Scientific American califica como “intelectual público” y que ha publicado su último libro con el título de “A universe from nothing: why there is something rather tan nothing”, 2012, Free Press ( Un universo de la nada: por qué hay algo en vez de nada) un best-seller instantáneo y que está en el proceso de ser traducido a 19 idiomas, ha sido entrevistado y se le preguntó por su definición de “la nada”. El respondió algo así como que se imagina una esfera cuyo diámetro va hacia cero y se vuelve cero. Bueno…el volumen de una esfera es igual a 4/3Pir4    y si r se hace 0 pues cualquier número multiplicado por 0 es igual a 0. Pero Pi no puede ser 0, ya que Pi no es un número real, es una relación. Pi es Pi. Entonces, ¿es posible que la nada sea ausencia de Pi, o sea que para que haya algo tiene que existir Pi?

¿Sera eso verdad? ¿Higgs, Pi y una esfera mental, será eso todo lo que existe?

 Y me quede pensando en Pi, en la nada y en las esferas.  Pero estamos en R.D. y en El Caribe, mar de ciclones, y ahora tenemos un nuevo gobierno que quiere nuevos impuestos, como siempre, y se formará una enorme esfera, una burbuja de tantas, y que promete ser grande. Vamos a tener Pi de sobra. Nada de qué preocuparse por la nada. A menos que, por supuesto, con lo “sucio” que somos se reviente la burbuja.