Acento.com.do/ noviembre 8-2012
-No se profe. -¿Qué
Usted no sabe lo que es un chimpancé? –
No profe.
-Pero ni en
películas, ni en muñequitos, ni en anuncios, ¿ni a nuestro zoológico ha ido Ud.
nunca?- No profe. Es que déjeme explicarle: yo estudio y trabajo.
-Ajá-Sí. Salgo por la mañana de mi casa a las cinco y media de la madrugada y vengo a la universidad y trabajo en una banca de apuestas de 2 a 10 de la noche. Llego a mi casa a las 11:30. Todos los días, hasta los sábados.
-Pero supongo que
antes de Ud. trabajar hizo el bachillerato, veía televisión, leía algunas
revistas. En algún lugar debió Ud. ver una foto, un dibujo, de un chimpancé.
Hasta en los anuncios, a veces colocan monos. –Ah profe. ¿Y es un mono?
Nada. Como si un
chimpancé fuese un gusano diciémido parásito de la vejiga urinaria de un
calamar.
¿Y en
literatura?....bueno. Cuando nuestro pasado presidente estuvo en una muy
publicitada visita a Davos en Suiza, pensé que traería de regalo a amigos y
relacionados ejemplares de la “La Montaña Mágica” de Thomas Mann, novela que
Vargas Llosa ha dicho recientemente que está releyendo por ser una verdadera
obra de arte; y que como se sabe, trata de un sanatorio en Davos y fue en
realidad lo que puso a Davos en el mapa del mundo. Pero parece que ni el expresidente
ni sus acompañantes sabían nada de Thomas Mann. También me quede esperando cuándo
los opositores del ex-mandatario iban a preguntar si parte de la visita a Davos
era a ver el famoso sanatorio para chequearse algún delirio que le pudiese
molestar políticamente. Nada, poca gente se ha leído a Thomas Mann y Hans
Castorp no existe en nuestro Caribe.
“Yo me considero
un hombre bueno. Magdalena no está de acuerdo. Ella me considera un típico
hombre dominicano: un “sucio”, un estúpido”; nos relata Junot Díaz en su última
producción “This is how you loose her” ( Riverhead Books, 2012), en el capitulo
“El sol, la luna y las estrellas”. Y la palabra “sucio” está en español en el
original en inglés. No creo que Magdalena piense que no nos bañamos. Más bien me
parece que con ese “sucio” quiere decir uno que todo lo acepta, que no sabe de
nada, que hace lo que sea, que no discrimina siquiera lo que le conviene o no,
que vive de engañar al otro y se cree que nació para siempre estar sacando
ventajas y que con ser prosaico ya es inteligente. Y no lo digo yo, lo de
“sucio”, lo escribe Junot.
Pienso que quizás
los dominicanos somos inocentes, como niños de cualquier kindergarten debajo de
una mata de mangos, o será “la mentada” ignorancia pura y simple. Ignorancia
vestida de trajes de cachemir inglés con camisas de algodón egipcio de anchos
cuellos italianos, rígidas por el almidón de yuca en espray, de doble puño y
gemelos de monedas de oro, con corbatas moradas con un nudo Windsor hecho con
notable falta de práctica.
“Vivimos en un clima político histérico (por eso lo del sanatorio). Necesitamos de la filosofía con la misma urgencia que la Atenas de Sócrates” dice Martha C. Nussbaum, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012…y necesitamos de las ciencias, me atrevo a agregar yo.
Entonces se queda
uno a veces pensando sobre que escribir y creo que la mejor opción es el
consejo de Fausto Rosario Adames, de nuestro Acento.com: escribe sobre lo que
te de la gana.
Me senté a pensar
algo el domingo 22 de julio y al ver la fecha que escribí en la libreta de
apuntes, 22-7, me saltó a la mente 22/7, pero eso es Pi,
, un
número con su propia historia.
Y hoy retorno a Pi
Pi es la relación
entre una circunferencia y su diámetro y no se crean que es cualquier cosa,
pues Pi si tiene su Historia, y claro, se ha escrito ( Petr Beckmann, History
of
, Golden
Press, 1971; con varias rediciones).
En la escuela nos
lo enseñaban como 22/7 o como 3.1416, pero es un número infinito: sus decimales
no tienen fin. Computadoras lo han llevado a millones de cifras decimales.
Recuerdo el juego
con mi hijo, entonces un niño, a quién recordaba mas cifras de Pi de memoria.
Nunca pude más de diez lugares decimales: 3.1415926535. Deberíamos saberlo
hasta por lo menos 7 cifras, a ese valor llegaron matemáticos chinos en el
siglo V. Y bueno, porque leí que la NASA hace sus cálculos para enviar un
cohete al espacio con seis decimales, aunque para mantener la estación orbital
funcionando en el espacio usan 16 decimales. Y Pi es una constante que está
donde menos lo podemos imaginar.
Quisiera saber a
cuantos decimales llevan a Pi para los cálculos que han realizado en el
descubrimiento del Bossom de Higgs en julio pasado. No hay ni que decirlo, pero
al inicio del año escolar, en septiembre, ninguno de mis estudiantes de
medicina o psicología había escuchado o leído nada referente a la palabra
Higgs, ni había escuchado o leído sobre el Bossom de Higgs o sobre La partícula
de Dios. Y todos los periódicos del mundo se pasaron julio y agosto comentando
este descubrimiento. Aquí Boca de Chivo hizo el honor con una caricatura y
alguien escribió un pequeño artículo, complejo por cierto, en un matutino.
Pero así vamos.
Y me llega ahora Pi de nuevo a la mente.
Es que un
profesor, Lawrence M. Krauss, físico teórico distinguido, de los pocos de esa
especialidad que la revista Scientific American califica como “intelectual
público” y que ha publicado su último libro con el título de “A universe from
nothing: why there is something rather tan nothing”, 2012, Free Press ( Un
universo de la nada: por qué hay algo en vez de nada) un best-seller
instantáneo y que está en el proceso de ser traducido a 19 idiomas, ha sido
entrevistado y se le preguntó por su definición de “la nada”. El respondió algo
así como que se imagina una esfera cuyo diámetro va hacia cero y se vuelve
cero. Bueno…el volumen de una esfera es igual a 4/3Pir4 y si r se hace 0 pues cualquier número
multiplicado por 0 es igual a 0. Pero Pi no puede ser 0, ya que Pi no es un
número real, es una relación. Pi es Pi.
Entonces, ¿es posible que la nada sea ausencia de Pi, o sea que para que haya
algo tiene que existir Pi?
¿Sera eso verdad?
¿Higgs, Pi y una esfera mental, será eso todo lo que existe?