Publicado en Acento.com.do, enero 27 del 2020.
No, no es un artículo
sobre una supuesta rata que “ganará” las elecciones presidenciales de este
2020. Es un simple recordatorio del calendario chino- el milenario almanaque
lunar con ciclos de doce años, representados por animales; no el cálculo del
tiempo chino actual, por demás desconocido, donde impera (nunca palabra mejor
usada) su nuevo estalinismo perfecto.
El 25 de enero se inicia
el Año de la Rata y no de cualquier rata, ya que los animales del almanaque
chino vienen acompañados de algún componente (tierra, fuego, agua) y este año
es el metal, lo que hace que el año sea el de la Rata Blanca.
Y nada mas ilustrativo para este año
2020 que se inicia en ciencias con la increíble microfotografía de Prometeoarcheum
syntropicum, ya que fue la primera Archaea vista viva, los organismos que
suponemos dieron origen a todos los animales, las plantas y los hongos; que
comentar sobre la rata blanca de laboratorio, con mas de cien años de uso en la
investigación científica.
La rata blanca de laboratorio es la
variedad albina de la rata de noruega, Rattus norvegicus, la rata común
de nuestros basureros, casas y ciudades. El albinismo es una mutación del gen
de la tirosinasa, la enzima que regula la producción de melanina, lo que nos da el color de la piel y el pelo y
su ausencia además del color blanco resulta entre otras cosas en ojos rojos,
mansedumbre, mayor capacidad reproductiva y de vivir en grandes grupos, en este
caso a las ratas, en jaulas.
En los siglos XVII, XVIII y XIX en
Inglaterra estaba en uso el “deporte” de perros que atrapaban ratas y así
aparecieron criadores de estos roedores para estos eventos (también se las
comían la gente en tiempos de escasez). En un círculo con una valla, como una
gallera, o simplemente un hueco redondo profundo y amplio, se colocaban 100
ratas y se soltaba un perro ( entrenado para esto) a ver qué tan rápido las
mataba a todas y claro, se apostaba dinero en ese “entretenimiento”. Pero a
veces nacían ratas albinas, que por mansas no servían para esa faena y se
dejaban como mascotas para los hijos de los criadores. El albinismo es común
entre animales, por supuesto, los nacidos albinos sobreviven poco tiempo por su
mansedumbre ante sus depredadores. Una vez fue avistado un ruiseñor albino ya
adulto en Luperón, Puerto Plata, pero se intentó su captura y desapareció, por
poner un ejemplo raro.
Un descanso.- Siempre preguntaba a
mis estudiantes de medicina y psicología de la UASD y del INTEC de dónde venían
los ratoncitos que aparecían en sus casas debajo de la estufa, entre la ropa o
en lugares donde se guarda comida y siempre algunas manos se levantaban. Solían
decir que venían de las ratas de los basureros y las cunetas, ya que aquí nunca
retiran la basura a tiempo. Una visión a vuelo de pájaro de nuestras escuelas y
bachilleratos. Tomaba algo de tiempo de mi clase para explicar que no, que los
ratones no son los hijos de las ratas, que son dos especies biológicas
distintas, como un pollo y un pavo, parecidos, pero no idénticos y que los
usados en las investigaciones y laboratorios eran las variedades albinas tanto
de rata como de ratón. ¡Siempre me asombraba de que no supieran eso!
Bien, seguimos. Ya en el siglo XVII
se usaron algunas ratas en experimentos, como los de William Harvey para
establecer la circulación de la sangre y decir en 1628 que la función del
corazón era ser una bomba de sangre y nada más y también se usaron en estudios
sobre el ayuno y la alimentación.
Fue a mediados del siglo XIX,
cuando el biólogo y gran defensor del trabajo de Charles Darwin ( tanto así que
se ironizó, llamándole el “bulldog de Darwin”) Thomas Henry Huxley introdujo la
rata blanca en las escuelas de medicina de Inglaterra para prácticas o clases
de laboratorio de anatomía y fisiología y entró así la rata blanca en el mundo
diríamos de la ciencia y se transformó poco a poco en el modelo experimental
por excelencia, de las ciencias médicas y biológicas por fácil de mantener, su mansedumbre, su
costo y su alta reproducción.
Ya en los inicios del siglo XX se
convirtió en el organismo- la especie- principal de la investigación
científica.
Los psicólogos también jugaron su
papel. J.B.Watson, el fundador de la corriente conductista que dominó la
psicología estadounidense las primeras dos terceras partes del siglo XX, hizo
su tesis doctoral en la Universidad de Chicago en 1903 con el título:
“Educación animal: un estudio experimental sobre el desarrollo psíquico de la
rata blanca, correlacionado con el crecimiento de su sistema nervioso”. También
publicó junto al biólogo Karl Lashley una investigación sobre el aprendizaje en
laberintos de ratas blancas en el 1911 y la rata blanca pasó a ser también uno
de los animales experimentales mas exitosos de la Psicología.
Ya en los años 20 del pasado siglo se
constituyó en el organismo clásico de la fisiología, bioquímica y anatomía.
La rata blanca es un roedor, y es
bueno saber que los roedores como grupo (clade o clado, como hoy le llaman los
biólogos) es dentro de los mamíferos los mas cercanos a los primates de cuyo
grupo, como sabemos, formamos parte los monos, los antropoides y nosotros los
humanos.
El desarrollo en el 1910 del
Instituto Wistar de Filadelfia, dedicado a la reproducción de ratas para su
venta a investigadores y universidades dio el impulso necesario para la
obtención rápida, barata, fácil y constante de ratas para investigación. Y
luego aparecieron otros centros con la misma finalidad.
Para hacernos una idea, tengo el
dato de la revista The Psychologist del 2007, que solo en los Estados Unidos el
año
anterior se usaron 57 millones de roedores (ratas y ratones) en investigación
científica (cito de memoria), que si sumamos a los demás países desarrollados
nos daría una cifra de espanto, ¡en un solo año! Recuerdo que decía a mis
estudiantes 6 veces mas que dominicanos vivimos en R.D., intentando comunicar
lo que representa la investigación científica biomédica en el mundo.
Con la llegada de las modernas
técnicas de manipulación genética y con la descripción del genoma de la rata a
principios de este siglo XXI, se inició la venta de ratas “nock-out”, a la que
le han eliminado genes, ratas “nock-in” a las que les han agregado genes,
clones de distintas variedades y ratas transgénicas a aquellas que le han
agregado genes de otra especie.
Es la observación de muchos
investigadores que la rata blanca permite un mayor acercamiento a modelos de
enfermedades humanas que los ratones y la creación de variedades con
disposición de reproducir enfermedades humanas ya va por varios cientos.
Hace ya años que asistí a una exposición
de mi amigo, ya fallecido, el dibujante y pintor Aquiles Azar llamada
“Bestiario”. Al preguntarme Aquiles qué impresión había obtenido de sus cuadros
le dije que estaba apenado, pues no había ratas. Poco después realizó otra
exposición, con dibujos y pinturas de ratas e hizo un cuadro inmenso para un
concurso con dibujos de ratas. Y el bueno de Aquiles me hizo un dibujo a tinta
china de una rata que me regaló enmarcado y todo. Le dije, “gracias Aquiles,
aprecio mucho ese gesto tuyo”, me dijo: “¿te gusta?” y le contesté: “claro que
sí, aunque la rata está un poco obesa”. Me respondió muy serio: “Ah, es que esa
es una rata de Naco, y en Naco hasta la basura engorda”. Aún está el cuadro de
mi rata gorda en un lugar preferencial en mi sala.
La rata blanca fue y es un
instrumento único de la ciencia para entender muchas de nuestras enfermedades y
también para entendernos nosotros mismos. ¡Feliz Año Nuevo de la Rata Blanca!