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Thursday, April 7, 2011

INFORMACION Y DECISIONES

A inicios del siglo XX llegaba el principio del fin del gran Imperio Ruso. La efervescencia política y la decrepitud del régimen auguraban cambios. Llegó la Revolución del 1905 y fue la piedra fundacional para la de Octubre de 1917, que, con su ideal de comunismo, marcó el siglo en todo su transcurso. Hasta aquí, historia archiconocida.

Al mismo tiempo que nobles y revolucionarios se esforzaban por mantener unos e imponer otros su visión del mundo, un grupo de personas intentaban hacer ciencia. Ivan Pavlov y sus colaboradores trabajaban afanosamente por iniciar una nueva rama del conocimiento, la llamaron fisiología de la actividad nerviosa superior.

Este grupo de personas desarrolló el paradigma experimental del condicionamiento y comenzaron a medir y evaluar sus parámetros y a construir teorías sobre sus resultados.

Son los perros de I.Pavlov y el estudio de su salivación al accionar el experimentador un timbre, y no solo al recibir comida, lo que muchas personas recuerdan de este episodio histórico del desarrollo de la ciencia.

Al realizar un condicionamiento pavloviano en un perro se asocian un timbre o una luz a alimento colocado en la boca del animal, alimento que producirá salivación refleja. A cada presentación del sonido del timbre seguido de comida Pavlov llamó “una sumación”. Hoy día le llamamos “un ensayo”. Para producir condicionamiento en un animal se realizan diez (10) ensayos diarios, a veces 15, y luego de varios días obtenemos el fenómeno antes citado con todas las medidas del proceso. Al intentar utilizar 20 o más ensayos diarios, los colaboradores de Pavlov observaron que el animal primero se mostraba intranquilo, disminuía su apetito y bajaba de  peso, perdía pelo y en muchos casos respondía agresivamente. No se podía lograr el condicionamiento. Llamaron al fenómeno “neurosis de información” y un grupo inició así el estudio experimental de la fisiopatología de funciones cerebrales superiores.

Recientemente, el cada vez más común “suicidio” masivo de ballenas, los llamados varamientos, al nadar estos mamíferos hacia playas hasta quedar atrapados y morir por su propio peso en la arena, también ha sido explicado por algunos autores como una “neurosis de información”. El delicado sistema de sonar de las ballenas, donde sus “cantos” y vocalizaciones
chocan con distintas masas de agua y el fondo marino y permite a sus cerebros, al captar su retorno, la construcción de un mapa topográfico de sus ambientes, parece alterado por el cada vez más creciente ruido producido por el tráfico de barcos de todas clases y tamaños.

Ambas historias vienen a cuento porque nunca como hoy los seres humanos han estado sometidos a la presencia abrumadora de información y de ruido. Recordemos que en este caso, ruido es toda información no deseada o necesaria. Los adelantos y dispositivos electrónicos tecnológicos están comercializándose en una fase que ya molestan por su exceso de “ruido”. La aparición de “twitter” y “facebook” y del teléfono móvil que recibe y envía mensajes de la internet, ha aumentado el ruido informativo a niveles insospechados hace solo unos años.

Hace poco, científicos de la universidad de Harvard publicaron, en el journal Neuron (agosto, 2010), que los seres humanos toman decisiones morales difíciles utilizando los mismos mecanismos cerebrales que emplean para elegir un alimento o para realizar una simple operación comercial. O sea, que tenemos un solo sistema neural general para la toma de decisiones; algo ya propuesto desde los años 70 del siglo pasado pero no encontrado , por lo menos para humanos, tan claramente. Es en la corteza ventromedial prefrontal donde se combina la evaluación y probabilidades futuras de un hecho o idea y sus magnitudes para una decisión final.

De este descubrimiento al siguiente solo hay un paso. Y así lo informó un artículo reciente de la revista Newsweek (febrero 27, 2011), al analizar el impacto del exceso de información actual. El equipo de A. Dinoka de la universidad de Temple analizó el exceso de información en un grupo de voluntarios a quienes se les medía la actividad cerebral con ayuda de resonancia magnética funcional. El área dorsolateral frontomedial aumenta su actividad al aumentar la información recibida, pero en un punto se desconecta. Sobrecarga de información, la llamaron. Y esta zona, que también juega un papel en la expresión de emociones al “apagarse” liberó expresiones emocionales y cometieron  los sujetos estudiados “errores estúpidos” y “malas decisiones”  en las pruebas que les presentaron. Dos núcleos adjuntos del lóbulo prefrontal cerebral resolviendo los problemas del mundo y apagados, muchas veces, por la antigua “neurosis de información”.

La ciencia de las “decisiones” se está tornando importante. Ya salió al mercado una publicación masiva, paperback, llamada “El arte de tomar decisiones” el pasado mes de marzo.

Al leer todo esto, solo he pensado en nuestros políticos, del gobierno y de la oposición, con sus cuatro celulares blackberry cada uno, recibiendo todo tipo de llamadas, twitters , anuncios y correos electrónicos…y por lo tanto tomando las peores decisiones posibles. Creo que no hace falta ser específico en ejemplos. Salen todos los días en la prensa diaria.

Con la información y la decisión es como el viejo refrán popular: el que mucho abarca, poco aprieta.


Acento.com.do/ abril 7 del 2011