Total Pageviews

Tuesday, February 19, 2019

EL EXPERIMENTO DE J.B. WATSON CON ALBERTICO: ¿UN FRAUDE CIENTIFICO EN LA PSICOLOGIA?


J.R. Albaine Pons y Domingo Carrasco, publicado en Acento.com.do, febrero 18, 2019

En “The Chronicle Of Higher Education”, del 2 de junio de 2014, aparece un trabajo de Tom Bartlett que inicia de la manera siguiente: “En 2009, el misterio de décadas de antigüedad de 'Albertico' fue finalmente resuelto. ¿O acaso lo fue?, La búsqueda del Niño Perdido de la Psicología.” Se refiere al experimento que supuestamente realizara John B. Watson en un hospital de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos de Norteamérica y que lanzó el conductismo como la psicología de los Estados Unidos.

El “experimento” que Watson realizó con el bebé, quien es conocido en la literatura científica como Albertico (Little Albert), para probar que la fobia era adquirida mediante un condicionamiento clásico, fue mandado a filmar por Watson. En el film se puede ver como se le presentan a Albertico presuntos estímulos amenazantes, como son, un trozo de periódico ardiendo, luego un mono controlado por Watson mediante una correa atada a un collar. Inmediatamente continua frente al niño el desfile de lo que decimos son supuestos “estímulos amenazantes,” como un perro, una rata, y hasta un conejo.

¿Por qué filmar el experimento? ¿Qué fin propagandístico tenía el experimento? O peor aún, ¿sabía Watson cual iba a ser el resultado de esta experiencia? estas sospechas son adelantadas por propio Bartlett. Este dice que estas palabras aparecen en la pantalla: “El miedo a un animal puede ser experimentalmente establecido mediante la estimulación del bebé con un sonido fuerte justo en el momento en que el animal le es presentado”. Da la impresión, por estas palabras, que el experimento fue filmado cuando se ejecutaba, y que, los experimentadores, suponían lo que iba a suceder, que no era otra  cosa que lo que tenían tramado: un show, un espectáculo, un fraude, de lo que luego resultaría ser la piedra fundacional del conductismo norteamericano.

La primera escena del desfile de los supuestos estímulos amenazantes no impresionó a Albertico. Todos eran estímulos “neutros”, que es el término con el que se designan en la jerga conductista a aquellos estímulos que no están asociados a las conductas que ellos anteceden. Entonces sucede la magia. Watson golpea con un martillo una barra de hierro y Albertico dizque se sobresalta, decimos dizque porque no se ve en el video, lo cual resultaría natural en caso de que realmente sucediera, y Pavlov ya había descrito el “reflejo de sobresalto”, conocido en España como "reflejo del moro". Supuestamente esta experiencia se repitió varias veces, como dicen los textos, no sabemos cómo él sabía que tenía que repetirla varias veces, si hoy en día conocemos que cuando se trata de una experiencia negativa, como son las dolorosas o más bien traumáticas, basta una sola experiencia para  que genere Trastorno de Estrés Post Traumático, como en los casos, por ejemplo, de una violación sexual, un accidente de tránsito aparatoso, un acto terrorista o ser testigo presencial de un asesinato macabro. En el caso de las experiencias de condicionamiento realizadas por el propio Iván Pavlov, para activar la salivación ante el sonido de un zumbador, sonido este que no produce dolor, se necesitan muchísimos ensayos para lograr el condicionamiento.

No entendemos cómo una cosa que le ha costado tanto tiempo conocer a los psicólogos evolucionistas Watson ya la “sabía” casi un siglo antes.

Según lo que cuenta Bartlett, Watson uso a dos niños. Si, fueron dos niños diferentes. Un niño con trastornos del desarrollo y otro niño aparentemente sano. En  el video (Ver video https://www.youtube.com/watch?v=IteGZg2fWuY ) se ve que  estos estímulos neutros son presentados al niño de manera brusca, tanto así que asustaría, o mejor dicho, molestaría, no a un niño, a cualquiera. A pesar de todo, el bebé, de forma serena mira cada estímulo que le presentan con escaso interés: no hay lágrimas, ni berrinches. En cierto momento Rosalie, su ayudante, sujeta a este bebe por la espalda como para que no se cayera.

En la siguiente escena, cuenta Bartlett, lo que se puede ver en el video, que luego de la supuesta ocurrencia del ruido en presencia de la rata, el bebé, no el primero, sino otro, llora e intenta alejarse a rastras. El conejo y el mono también vuelven, junto con un perro diferente. El bebé llora cada vez que aparecen estos estímulos. Lo que sucedió, según se relata en numerosos artículos y libros, es que, por la asociación creada entre el ruido y esos animales peludos, el bebé se había condicionado a tenerle miedo a estos estímulos: al bebe se le había inculcado una fobia.

Bartlett se pregunta dramáticamente si Watson no habría generado en Albertico un terror a esos animales para toda la vida.

Un detalle sospechoso señalado por Bartlett: Watson habría proporcionado detalles biográficos relativamente escasos en las notas del experimento, y, se sabe, que había quemado sus papeles antes de su muerte. Esto dificultó durante mucho tiempo el esclarecimiento de la verdad que hoy empezamos a conocer.

Bartlett nos indica que “La verdadera identidad de ese bebé ha intrigado siempre a los estudiantes de psicología. ¿Quién era él? ¿Qué le pasó?” le preguntaban al propio Watson, quien respondía diciendo que nunca más supo de él, ni de su madre.

Ahora podemos ver alguna luz, gracias a Hall Beck, profesor de psicología en la Appalachian State University, de Carolina del Norte, quien publicó un artículo en el 2009 que arroja nuevas luces sobre el caso, aunque fue muy discutido. Beck y sus colegas investigadores habían rastreado muchas pistas sospechosas durante una década antes de llegar finalmente a una conclusión. Conclusión esta que ha cambiado la visión original de la “historia” de Albertico, según los libros de texto, que tantas veces repetimos e hicimos aprender a nuestros estudiantes de psicología.

Lo que encontraron echó una sombra aún más oscura sobre el éticamente dudoso experimento de Watson. Nadie sería capaz de mirar la película, o pensar sobre Little Albert, de la misma manera como la relatan los libros. (Aunque no hoy en día en Wikipedia).

Seamos directos, para no alargar la historia, y resumamos lo que nos dice Bartlett. Watson uso dos niños. Si, eran dos Albertico, y en el video de YouTube se ve claro: dos niños muy diferentes. Uno que pudiéramos decir, era de apariencia normal y, el otro, que era hidrocefálico y que padecía, además, de retardo mental. A este último es a quien primeramente presentan los estímulos en el experimento. Watson supuestamente golpea un tubo con un martillo que produciría, porque no se ve en el video, un ruido escandaloso que disparará el ya referido reflejo de sobresalto. Esto supuestamente hace que él bebe asocie la presencia de los estímulos inofensivos al susto que supuestamente ha sufrido, lo que le generaría como consecuencia una fobia, con lo cual quedaría completado el condicionamiento a la fobia en Albertico.

Entonces aparece en el video un Albertico (un niño diferente al primero) asustado, temeroso, que trata de escapar a los estímulos ya antes presentados  y a los cuales él (el primer niño) no temía.

Cuenta la Historia de la Psicología como creado el terror, Watson aplica, podemos decir, mágicamente, el remedio por primera vez de lo que se conoce como contra condicionamiento, técnica desarrollada años después del experimento, aunque ya conocida de Pavlov y base del fenómeno de la extinción en sus estudios. En casos de temores del tipo que acabamos de mencionar, al niño se le abraza y acaricia mientras es alimentado en presencia de los estímulos que disparan las reacciones de miedo (esta parte no aparece en el video, ¿si no se filmó, sucedió?), con lo cual las reacciones negativas irían desapareciendo paulatinamente, luego de lo cual Albertico volvería a reaccionar ante dichos estímulos como lo hiciera la primera vez, sin mostrar ningún temor.

Las investigaciones citadas por Bartlett dan cuenta de que aparecieron los dos Albertico. Si, dos, pero ya muertos.  Uno fue Douglas Merritte, el que padecía retardo mental e hidrocefalia, quien muriera a los seis años de edad. Bartlett muestra la foto de la tumba del niño, localizada por Beck y Fridlund, hallazgo reportado en 2012 como parte de su investigación sobre el caso de Albertico. El propio Beck nos dice que su investigación le tomo más años de los que el niño vivió, quien muriera en 1925. El otro fue William Albert B., de quien Bartlett muestra una fotografía aportada por una sobrina residente en Canadá, ya un señor adulto mayor, antes de fallecer a los ochenta y siete años de edad. De este último la sobrina cuenta que cuando él la visitaba, lo que hacía con cierta frecuencia, antes de entrar a la casa, ella debía encerrar en una habitación a unos perritos chihuahua que tenía, debido a que el tío Albert temía a los  perros sin importar su tamaño. Entonces, ¿Cuál fue la fobia que Watson eliminó a Albertico mediante el “contra condicionamiento”?.

De las investigaciones que se han hecho “en busca del niño perdido de la psicología” se sabe que, la madre de Albertico, horrorizada por las torturas a las que Watson habría sometido al niño, abandonó su empleo en el hospital donde éste hacia sus pruebas con los dos niños, sin que jamás se supiera de ella y de su Albertico.

Recordemos que Watson se vio envuelto en un escándalo mayúsculo al divorciarse de su esposa en esos momentos y casarse con Rosalie Rayner, la estudiante graduada que le asistió en el experimento, algo considerado muy reprochable para la época. A consecuencia del escándalo fue expulsado de John Hopkins University y de todo lo que tuviese que ver con la Psicología. Además le fueron retirados todos los títulos y honores recibidos. Sus hijos fueron criados en las estrictas medidas por él defendidas y resulto que todos intentaron suicidarse cuando adultos y uno lo logró. Curiosamente en los años 50s, todas las sanciones impuestas a Watson a raíz de dicho escándalo le fueron retiradas, y le restablecieron sus puestos, membresías y honores perdidos, según señala Bartlett; aunque ya el propio Watson no estaba interesado en la academia.

A nosotros no nos queda otra cosa que preguntarnos ¿Qué razón tan poderosa tuvieron en Estados Unidos de Norte América para perdonarle a Watson sus “ofensas” a la moral victoriana y premiarlo con su rehabilitación? Parece que al fin y al cabo lo que Watson hizo produjo algún beneficio: darle visos de legitimidad al conductismo operante que ya a mitad de los años 50s era seriamente cuestionado y, nos parece a nosotros, se necesitaba como contraparte de los descubrimientos de Pavlov en el ámbito de la Guerra Fría de la época. Independientemente de que eso fuera así, J.B. Watson fue una de las personalidades mas controversiales de la psicología estadounidense del siglo XX.