J.R. Albaine Pons, publicado en Acento.com.do, el 11 de febrero del 2019.
Los 12 de febrero se celebra mundiálmente el día de
Charles Darwin, en honor a su cumpleaños.
Ya lo sabemos, fue el
sabio y naturalista inglés que propuso la teoría de la evolución, por medio de
la selección natural.
Su idea, que desarrolló
durante 26 años antes de ser publicada en 1859, y que vendió la tirada de 1,500
ejemplares en un solo día, ha devenido en el real inicio de las Ciencias
Biológicas, al ofrecer una base teórica para la comprensión de todo lo vivo en
nuestro planeta. Todo lo que hoy vive tiene ancestros, y muchos de estos
ancestros son comunes, como tenemos los humanos y los chimpancés, todos los
primates, todos los mamíferos, todos los animales y también las plantas, los
hongos y las bacterias.
El impacto de los
trabajos de Darwin no solo dieron una base teórica a la biología, sino que sus
ideas de que los humanos somos un animal mas en el planeta, impactó la sociedad
de su época y hasta nuestros dias produce controversias. Y yo he pensado que
somos un simple mono doméstico, (claro, también sabemos que hay humanos mas
animales que otros).
La idea del psicólogo
evolucionista Steven Pinker, en su ultimo libro En Defensa de la Ilustración
(2018), ya en castellano, sobre la vida me parece importante e impresionante a
la vez:
La vida tiene tres
factores fundamentales – la segunda ley de la termodinámica, que dice que todo
sistema cerrado aumenta su entropía, que
equivale a decir que tiende al caos, la evolución por selección natural y la
información, que nos permite a los seres vivos evitar en lo possible el aumento
del caos o la entropía por un cierto tiempo. La vida pues, lo vivo, sale de lo
físico, pasa por lo químico, evoluciona en lo biológico y se mantiene por
procesos de información, que a veces confundimos con “cosas”, cuando no son mas
que procesos, o sea los reificamos, como la digestion, la memoria y la
consciencia, por decir tres ejemplos.
Aunque en vida de Darwin
toda la ciencia y gran parte de la sociedad letrada aceptó la evolución, la
causa principal de la misma, la selección natural, no fue aceptada por todos.
Hubo que esperar a los años 30’s del pasado siglo XX por el desarrollo de la
genética de poblaciónes para su aceptación casi universal en el mundo de la
ciencia.
Y digo casi porque aún
hoy en el 2019 salen libros a la luz con teorías, como una reciente de cambios
moleculares y termodinámica, que intentan demostrar lo errónea de la evolución
darwiniana. Estos intentos, en lo que llamamos mundo occidental desarrollado,
se dan con frecuencia y terminan en el olvido. Y señalo esto porque, por
ejemplo, en el mundo musulmán la evolución es blasfemia y por lo tanto
prohibida y es muy raro que se piense, se investigue y se escriba sobre ideas prohibidas.
El Imperio Británico
reconoció a Darwin. Fue una de las cinco personas no miembros de la realeza,
que tuvieron un funeral de estado en todo el siglo XIX. El único científico en
ese siglo. Los otros cuatro fueron el Almirante Lord Nelson, que murió en la
batalla de Trafalgar y los otros tres fueron Primer Ministro o jefes de
gobierno del Imperio. Darwin fue enterrado junto a Newton, así fue el único
científico en los cien años que la ciencia británica iluminó al mundo con sus
descubrimientos, que recibió esa distinción.
“Nada tiene sentido en
biología, si no es a la luz de la evolución”. Como expresara el gran
evolucionista del siglo XX Theodosius Dobzhansky, ucraniano, graduado en la
Universidad de Kiev, experto en genética de poblaciónes, que fue de los pocos
que pudieron escapar de Joseph Stalin y su Lisenko, antidarwinistas por
decreto, “uno de los fundadores de la segunda oleada de la síntesis evolutiva
moderna” como lo consideró el también evolucionista y gran divulgador de la
evolución , ido a destiempo, Stephen Jay Gould en su magnum opus “The Structure
of Evolutionary Theory” ( 2002), y no solo de la biología, como lo muestran los
textos de Dobzhansky que amplían y aplican a otros campos del saber la teoría
evolucionista, como sus textos “ La Base Biológica de la Libertad Humana” (
1954) y “Human Culture and Evolution” (1983).
Y como tantas veces se ha
escrito, solo han muerto los que nunca son recordados. Feliz cumpleaños,
Charles Darwin, todo el mundo lo celebra jubiloso, aunque algunos aún lo tienen
que hacer en silencio.