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Wednesday, September 29, 2010

el gusano de la vida

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Dedicado a la memoria de mi profesor de zoología Fidel Jeldes, el primero que me mostró un gusano transparente en un laboratorio.

Las disciplinas científicas se han conformado por los planteamientos de problemas en un contexto técnico  y, después, tecnológico; y gran parte de ese contexto es el objeto sobre el cual se hace el estudio para resolver el problema planteado. El uso de organismos de investigación- plantas, animales, hongos y bacterias, o virus particulares, ha sido parte del avance científico de las Ciencias de la Vida y por ende de la historia de la ciencia.

Mendel, el monje descubridor de las leyes de la genética, trabajó en una planta- el guisante- que presenta genes particulares para las características que observaba y medía. De usar otra especie no hubiese obtenido tan claramente los resultados que encontró.

La drosófila o mime de las frutas también jugó un papel en esa dirección; y lo hizo y aún lo hace el gusano de la vida, el Caenorhabditis elegans, el C. elegans de todos los laboratorios de investigación contemporáneos.

El C. elegans es un nemátodo y éstos son gusanos cilíndricos, con cuerpos sin segmentación. En el habla común son rechazados, ya que en nuestros libros de texto de Biología los gusanos nemátodos que estudiamos son todos parásitos, ya de humanos, de animales domésticos o de plantas. Y no es para menos, las lombrices intestinales, los bichos, la elefantiasis, la triquinosis, un tipo de ceguera, son producto de nemátodos  parásitos humanos y casi todos los vertebrados son parasitados por estos gusanos cilíndricos.

El que los nazis (nacional socialistas, no olvidemos) llamasen gusanos a los judíos (y Fidel Castro también a los que se le oponían y oponen) no es más que una forma de transformar a los enemigos en seres infrahumanos y desagradables, así es más fácil lograr el consenso de sus pueblos para las acciones gubernamentales en su contra.

Pero existen más de diez mil especies de nemátodos de vida libre conocidos y algunos investigadores creen que pueden llegar a medio millón los aún por conocer, y su hábitat común es el suelo, donde se alimentan de bacterias.

De entre todas esas especies el C. elegans es tratado ya como un animal doméstico y es en parte por considerarse “parte de esas especies que el hombre ha domesticado para su uso en laboratorio”.

Debemos a S. Brenner, quien recibió el Nobel de Medicina en el 2002 por sus trabajos que inició en la década del los 60 del pasado siglo, el uso y la conversión de C.elegans en un animal de laboratorio.

Este pequeño gusano, de menos de un milímetro de tamaño y transparente, que se alimenta básicamente de bacterias, con un ciclo de vida de cuatro días y una vida de dos a tres semanas en condiciones de laboratorio, con seis pares de cromosomas, que puede frizarse y volver a la vida y así guardarse, pasó a ser parte del arsenal biológico; y no sólo en el 2002, sino también en el 2006 y en el 2008 se ganaron Nobel por trabajos con este animal. No en balde Brenner en su discurso Nobel le llamó “el regalo de la naturaleza a la ciencia”.

Al ser transparente, el desarrollo de este pequeño gusano puede ser seguido al microscopio y hoy sabemos que presenta dos sexos, uno hermafrodita y el otro macho; naciendo en el laboratorio un macho por cada mil hermafroditas. El hermafrodita presenta sólo 950 células en su etapa de adulto, y de cada una de ellas se conoce de que célula se originó y así hasta llegar al huevo. Es el organismo que más conoce la ciencia hoy día y fue el primero del cual se obtuvo el genoma completo, en 1998, y adivinen que…presenta casi 20,000 genes, muy pocos menos que los que presentamos los humanos que hoy se considera entre 20 y 23,000 genes.

En C.elegans se descubrió la apoptosis, o muerte regulada de células y en el adulto hermafrodita sabemos que mueren 131 células que iban camino de ser neuronas o células nerviosas, de las cuales hay 302 formando un sistema nervioso con 7,800 sinapsis, o conexiones neuronales y el 50% de los genes que estudio Brenner se manifiestan en este sistema nervioso tan simple ( en comparación hoy se acepta que el 70% de los genes humanos se manifiestan en el cerebro de Homo sapiens). Asombra que este pequeño y simple sistema nervioso pueda hacerse adicto a la nicotina del tabaco y hacer que el animal se comporte con todas las características de una adicción. Los genes responsables de ésta afinidad con el alcaloide del Caribe, la nicotina del tabaco, se investigan hoy en C. elegans.

Aparte de los biólogos, la gran prensa supo de C.elegans cuando fueron de los pocos organismos que sobrevivieron a la explosión del transbordador espacial norteamericano Columbia hace un tiempo y el año pasado fueron enviados especímenes por dos semanas a la Estación Internacional Espacial, para estudiar su desarrollo bajo gravedad cero, algo de interés para los investigadores de los genes de la atrofia muscular, la diabetes y la geriatría.

Hoy día se estudia el genoma de varias especies del género Caenorhabditis para poder hacer comparaciones con lo ya conocido de C.elegans y su uso en genética casi rivaliza con la drosófila, además de que se emplea en múltiples áreas de estudio de las ciencias básicas de la medicina moderna.

Este pequeño gusanito transparente es ya tan parte de la ciencia contemporánea como cualquier otro organismo que se estudiase desde siempre y nos ha enseñado más que muchos otros modelos de laboratorio, por eso podemos llamarlo sin temor a equivocarnos el gusano de la vida.